AMMÁN, 28 Jul. (Reuters/EP) -
La población del campamento de Rukban, localizado en una zona desértica protegida por Estados Unidos en el sureste de Siria, ha disminuido en miles de personas por el hambre y la pobreza crecientes como resultado del bloqueo de los suministros por parte de Rusia.
El hecho de que el campamento esté situado en las proximidades de una base dirigida por el Pentágono, cerca de las fronteras de Jordania e Irak, pone de relieve la lucha por la influencia en la región que mantienen Rusia y Estados Unidos.
Los habitantes del campo han advertido de que el hambre y la pobreza han obligado a muchas personas a abandonar el campo. "La situación es muy mala. No hay alimentos disponibles", ha dicho Mahmoud Al Humeili, una destacada figura local del campamento y que huyó de Homs hace años.
Moscú ha criticado a Washington por proporcionar un refugio seguro para los rebeldes en los 55 kilómetros de la llamada 'zona de desconflicto' creada por Estados Unidos y que se encuentra fuera de alcance para las fuerzas sirias.
Las fuerzas rusas y sirias han asediado la zona, impidiendo que los contrabandistas y comerciantes que alguna vez cruzaban los puestos de control para entregar alimentos al campamento, puedan hacerlo.
Rusia ha establecido "corredores humanitarios" que, según ha explicado, permitirían a estas personas regresar a su casa. En cambio, muchos habitantes de esta campamento dicen que si se van se enfrentan al servicio militar o a algo peor.
"Miles de desplazados internos han huido de Rukban por desesperación, corriendo el riesgo de ser arrestados por las fuerzas del régimen", ha asegurado Etana, un importante grupo sirio de investigación sobre política con sede en Ammán que reúne información de civiles y militares.
El grupo ha estimado que, hasta el 23 de julio, había alrededor de 11.000 personas en el campo, una cuarta parte de las 41.000 que la ONU estimó en febrero.
"Las condiciones son actualmente las peores de la historia del campo, y el régimen sirio y su aliado ruso siguen aplicando una estrategia de hambre o de rendición para obligar a los ocupantes del campo a abandonar el mismo", han agregado.
Mientras tanto, los residentes dicen que Washington los ha abandonado y acusan a Jordania y a Naciones Unidas de no hacer lo suficiente para protegerlos. "Si les damos de comer, parecerá que nos vamos a quedar allí para siempre", dijo James Jeffrey, representante especial de Estados Unidos para Siria, al diario 'Washington Post' el pasado 19 de julio. "No podemos comprometernos a una presencia a largo plazo en la base de Al Tanf o en cualquier otro lugar de Siria", añadió.
Los habitantes del campamento de Rukban han explicado que al menos entre 6.000 y 7.000 personas se quedarán allí porque se enfrentan a un futuro incierto a manos de las autoridades sirias si regresan a sus hogares en las zonas controladas por el Gobierno. Muchos de ellos han asegurado que preferirían ser evacuados al último enclave de la oposición en el noroeste de Siria.
"Nos quedaremos hasta el último aliento porque tememos lo que nos espera si regresamos al régimen", ha indicado Shukri Shehab, un residente del campamento.
Por su parte, la Oficina de la ONU para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) ha evitado decir quién es el responsable del empeoramiento de la situación humanitaria de los residentes de este campamento y ha desvelado que los alimentos se han vueltos escasos, lo que ha provocado que aumenten los precios.
Por último ha anunciado que están esperando la aprobación de Damasco para enviar ayuda a los que todavía viven en el campamento de Rukban.
Los más de ocho años de conflicto en Siria han dejado miles de sirios muertos y millones de desplazados. En todo el país, más de 13 millones de personas siguen dependiendo de la ayuda humanitaria, de los cuales unos 6 millones son desplazados internos que sufren inseguridad alimentaria.
