MADRID, 16 Jun. (EUROPA PRESS) -
El Departamento de Estado de Estados Unidos ha expresado este lunes su "decepción" por la falta de acciones contra el presidente de Sudán, Omar Hasán al Bashir, durante su estancia en Sudáfrica, país del que ha salido después de que un tribunal ordenara su detención.
"Estamos decepcionados por el hecho de que no se tomaran medidas y por su asistencia a la cumbre de la Unión Africana (UA)", ha dicho el portavoz del Departamento, Jeffrey Rathke.
"El presidente Al Bashir, como sabe la gente, ha sido acusado de crímenes contra la Humanidad y genocidio por el Tribunal Penal Internacional (TPI). El Consejo de Seguridad de la ONU ha pedido a los países regionales y otras organizaciones internacionales que cooperen totalmente con el tribunal y el fiscal", ha agregado.
Sin embargo, Rathke ha rechazado criticar abiertamente a las autoridades sudafricanas, si bien ha reiterado que "dado que existe una orden internacional de arresto contra Al Bashir, Estados Unidos lamenta su viaje al país".
"No voy a especificar lo que debería haber hecho el Gobierno sudafricano, pero creo que nuestra posición era clara. Hay una orden internacional de arresto y Sudáfrica es parte del Estatuto de Roma", ha argumentado.
El Tribunal Superior de Pretoria ordenó el domingo que no se permitiera a Al Bashir abandonar Sudáfrica, atendiendo una petición del TPI. Sin embargo, la orden no ha sido ejecutada y el mandatario ha abandonado sin problemas Sudáfrica.
Posteriormente, el Tribunal Superior de Pretoria ha insistido en que debía ser detenido y ha expresado su "preocupación" por el hecho de que las autoridades sudafricanas no hubieran atendido su orden inicial.
Por su parte, el Gobierno de Sudán ha responsabilizado este lunes a los "enemigos de África" de los fallidos intentos para detener al presidente sudanés.
"La participación habría sido normal y sin escándalos, pero los enemigos de África, los enemigos de Sudán y los enemigos de los países que quieren la paz intentaron convertirla en un drama", ha lamentado el ministro de Exteriores sudanés, Ibrahim Ghandour, poco después del regreso de Al Bashir a Jartum.
