MADRID, 12 Feb. (EUROPA PRESS) -
Save the Children ha denunciado que el mes de enero ha sido el más sangriento de los últimos cuatro años para los civiles yemeníes con casi una víctima mortal o un herido cada hora en un conflicto que enzarza al Gobierno yemení y sus aliados internacionales contra la insurgencia huthi respaldada por Irán, y en lo que se trata de la mayor crisis humanitaria de la actualidad.
La ONG estima que, entre el 6 de enero y el 2 de febrero, más de 200 adultos y 15 niños murieron y 354 adultos y 30 niños resultaron heridos hasta sumar un total de 599 víctimas civiles por el conflicto, cifra sin precedentes desde el repunte de la violencia en 2018 "y se teme que el número real sea mayor".
"Durante mucho tiempo, los niños han sido los más afectados por la continua violencia en Yemen, y su sufrimiento se ha visto agravado por un insoportable silencio y abandono a nivel mundial", ha denunciado la directora de Save the Children para el país, Gillian Moyes.
"Pues bien: el silencio ya no es una opción. La muerte y las heridas de los niños y sus familias no son de ninguna manera tolerables ni perdonables", ha lamentado.
Save the Children hace así un llamamiento a las partes en conflicto para que cumplan con sus obligaciones en virtud del derecho Internacional y protejan a las poblaciones civiles y la infraestructura civil del horror de la violencia en curso.
Un informe de Naciones Unidas publicado a finales del año pasado proyectaba que el número de muertos por la guerra de Yemen podría alcanzar los 380.000 a principios de 2022, incluidos los muertos por causas indirectas y directas a lo largo de casi ocho años de conflicto. El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) estimó que el 70 por ciento de los asesinados serían niños menores de cinco años.
El aumento de los combates en la provincia yemení de Marib (centro), así como los recientes ataques perpetrados por los rebeldes huthis contra territorio de Emiratos Árabes Unidos (EAU), amenazan con una nueva expansión del conflicto ante los infructuosos esfuerzos internacionales para llevar a las partes a la mesa de negociaciones.
