BEIRUT, 23 Jul. (DPA/EP) -
Decenas de enfermos de cáncer en un enclave rebelde de Siria han organizado este sábado una sentada de protesta para presionar a la vecina Turquía para que se les dé acceso a tratamiento médico.
Los manifestantes han instalado tiendas de campaña y camas en el paso fronterizo de Bab al Hawa, la puerta clave para la ayuda humanitaria al noroeste de Siria, ya que su acción se ha presentado como indefinida, han relatado testigos presenciales.
"Tengo leucemia", ha explicado Hussien Abdel Karim en declaraciones a DPA. "Si no recibo tratamiento, mi salud se deteriorará. Mi situación es miserable".
Los pacientes han afirmado que Turquía ha dejado de acogerlos para recibir tratamiento desde que un fuerte terremoto sacudió la región fronteriza entre Turquía y Siria en febrero.
Hasán al Alawi, padre de un niño de tres años que padece cáncer cerebral, ha declarado: "Pedimos a Turquía que abra la frontera. Bab al Hawa es el único paso para nosotros. Si Turquía no abre la frontera, mi hijo tendrá una recaída y morirá", ha asegurado.
El director de sanidad de la provincia de Idlib --, en el noroeste de Siria--, el doctor Zuheir Karat, ha señalado que el 20 por ciento de los pacientes de cáncer de la provincia son niños.
Idlib cuenta con un centro oncológico sin ánimo de lucro apoyado por la Sociedad Médica Sirio Americana (SAMS), pero este sólo ofrece quimioterapia a un pequeño número de pacientes.
Tras el terremoto, 259 enfermos de cáncer, que habían sido tratados anteriormente en el interior de Turquía, pudieron volver a entrar en ella, según el responsable del programa sanitario del paso fronterizo de Bab al Hawa, el doctor Bashir Ismail.
Sin embargo, hay 600 nuevos casos que necesitan urgentemente que se les permita entrar en Turquía para recibir tratamiento.
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