España/Pakistán.- Las peticiones y los vítores de la comunidad paquistaní a Musharraf eclipsan la entrega de medallas

Europa Press Internacional
Actualizado: miércoles, 25 abril 2007 18:14

MADRID 25 Abr. (EUROPA PRESS) -

Los representantes de la comunidad paquistaní en España que hoy acudieron en Madrid a la ceremonia de imposición de condecoraciones por parte del presidente de la República Islámica de Pakistán, el general Pervez Musharraf, eclipsaron con su entusiasmo, vítores y peticiones al mandatario asiático el acto de agradecimiento a los militares y cooperantes españoles que acudieron en misión humanitaria a Cachemira para paliar las consecuencias del terremoto registrado en octubre de 2005.

El secretario del Gabinete presidencial inició el acto --que congregó a más de un centenar de ciudadanos paquistaníes, incluidos representantes diplomáticos y personal de la delegación del general Musharraf-- interpretando una 'sura' del Corán.

Los representantes de la comunidad paquistaní, entre 20 y 30 ciudadanos situados en las últimas filas del salón del Hotel Ritz que acogió la ceremonia, siguieron en silencio las explicaciones del portavoz gubernamental, que dio cuenta de la tragedia que asoló el país asiático en otoño de 2005 y agradeció la ayuda humanitaria prestada por España.

Tras las palabras del secretario del Ejecutivo de Musharraf, llegó el turno de entrega de condecoraciones por parte del general, quien impuso a civiles y militares estrellas al sacrificio y medallas al servicio a Pakistán.

Al término de la entrega de medallas, tomó la palabra el ministro de Defensa español, José Antonio Alonso, quien trasladó al jefe de Estado paquistaní el agradecimiento de la sociedad, el Gobierno y el Parlamento español por la distinción concedida y resaltó la unidad entre España y Pakistán a la hora de buscar el bienestar y avance de sus respectivos pueblos.

Justo en el momento en que el general Musharraf se disponía a iniciar su parlamento, la comunidad paquistaní comenzó a expresar su entusiasmo, con una primera serie de vítores en urdu que concluyeron ensalzando su propio país y a su jefe de Estado.

El presidente paquistaní avanzó en su alocución de agradecimiento al Gobierno y a los militares y cooperantes españoles, mientras sus conciudadanos le interrumpían en varias ocasiones, en unos casos para plantearle reivindicaciones concretas para mejorar su situación en España --el establecimiento de un consulado en Barcelona y de vuelos directos entre Islamabad y la ciudad condal y la homologación del carnet de conducir, entre otros temas-- y, en otras, para jalearle.

El general respondió a cada una de las intervenciones de sus conciudadanos con un escueto agradecimiento en inglés que dio paso a diversas explicaciones en urdu, sin traducción simultánea y que llegaron a prolongarse hasta el punto de que se expresó más tiempo en su propio idioma que en la lengua anglosajona, accesible para el personal diplomático, la prensa y los militares y civiles allí congregados.

Musharraf se dirigió directamente a sus compatriotas para pedirles que fueran buenos ciudadanos y la treintena de paquistaníes se agolpó al término de la ceremonia para conseguir hacerle una foto al general y darle la mano.

Contenido patrocinado