Archivo - Desplazados en un campo a las afueras de Maiduguri, en el estado de Borno, en el noreste de Nigeria - SALLY HAYDEN / SOPA IMAGES / ZUMA PRESS / CONTACTO
MADRID, 10 Dic. (EUROPA PRESS) -
Las autoridades del estado nigeriano de Borno (noreste) han prohibido a las organizaciones no gubernamentales distribuir alimentos y otros materiales entre los desplazados por la violencia yihadista en esta zona del país africano que han sido reasentados en sus localidades de origen.
El gobernador de Borno, Babagana Zulum, ha enviado una carta a estas organizaciones para trasladar la decisión, después de que las autoridades anunciaran que todos los campamentos para desplazados internos en la capital del estado, Maiduguri, cerrarían el 31 de diciembre.
"El gobierno del estado de Borno quiere reconocer y agradecer todo el apoyo al pueblo y el gobierno del estado, especialmente el apoyo a los desplazados internos por la insurgencia", recoge la carta, que subraya que las autoridades "están profundamente comprometidas con apoyar a la población a mejorar la resiliencia y salir de la pobreza".
"Por ello, el gobierno se ha comprometido a cerrar todos los campamentos oficiales de desplazados en Maiduguri en diciembre de 2021", agrega, antes de argumentar que "parte de esta iniciativa es empoderar a la gente para que empiece a reconstruir su vida", tal y como ha informado el portal nigeriano de noticias The Cable.
"Uno de los principios cardinales de estos esfuerzos de construcción de resiliencia es destetar a la gente de la distribución de ayuda humanitaria. Otro principio es darles dignidad y empoderarles para comprar su comida y determinar su futuro", ha explicado.
Zulum ha resaltado además que la decisión "se aplicará a todos los socios locales, nacionales e internacionales" y ha detallado que "la distribución de alimentos se permitirá únicamente en campamentos de desplazados y comunidades de acogida de desplazados".
El conflicto en el noreste de Nigeria, sacudido por los ataques por parte de los grupos yihadistas Boko Haram y Estado Islámico en África Occidental (ISWA), ha dejado cerca de 350.000 muertos durante los últimos doce años, según indicó en junio el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
El conflicto estalló en 2009, después de la muerte a manos de las fuerzas de seguridad del entonces líder de la secta islamista Boko Haram, Mohammed Yusuf. Su sucesor, Abubakar Shekau, se alzó en armas e inició una serie de ataques que se extendieron de Borno a los estados adyacentes.
El grupo juró lealtad en 2015 a Estado Islámico, si bien Shakau no fue reconocido como líder, lo que provocó su escisión y el surgimiento de ISWA. El propio Shekau murió en mayo tras combates con Estado Islámico en el bosque de Sambisa, uno de sus principales bastiones.
Asimismo, el jefe del Estado Mayor del Ejército de Nigeria, Lucky Irabor, anunció el 14 de octubre la muerte de Abú Musab al Barnaui, hijo de Yusuf y líder de ISWA, y días después aseguró haber matado a su sucesor, Malam Bako, sin dar más detalles sobre estas operaciones.
Por otra parte, alrededor de diez personas murieron el miércoles en un ataque perpetrado por personas armadas no identificadas contra una mezquita en el estado de Níger (oeste), según ha confirmado el comisario de la Policía esttal, Bala Kuryas, que ha resaltado que la seguridad ha sido reforzada en la zona.
Sin embargo, residentes de la zona de Mashegu citados por el diario nigeriano 'The Premium Times' han elevado a 16 los muertos y han detallado que los asaltantes irrumpieron en la mezquita durante los rezos de la mañana, sin que por ahora haya reclamación de la autoría.
Nigeria ha sufrido un deterioro de la situación de seguridad durante los últimos años a causa de las operaciones de grupos yihadistas y bandas criminales, lo que ha desatado las alarmas a nivel nacional e internacional. Los ataques, anteriormente centrados en la zona noreste del país, se han expandido durante los últimos meses a otras zonas del norte y el noroeste.