Actualizado: martes, 16 agosto 2016 19:04

ISLAMABAD, 16 Ago. (Reuters/EP) -

La facción talibán Jamaat ul Ahrar, que reivindicó la autoría de un atentado contra un hospital en el que murieron más de 70 personas la semana pasada, ha declarado este martes que no tiene relación alguna con el Estado Islámico, que también se ha atribuido el ataque.

La organización talibán paquistaní, que juró lealtad al Estado Islámico en 2014, ha declarado en un comunicado por audio que su lucha es exclusivamente contra el Estado de Pakistán y ha negado haber tenido ningún tipo de alianza con el movimiento yihadista.

"Queremos dejar muy claro que nuestro movimiento no tiene conexión alguna con el Estado Islámico o con Al Qaeda", ha dicho el líder del grupo, Omar Jalid Jorasani. "Todos aquellos que forman parte del Estado Islámico o de Al Qaeda son nuestros hermanos musulmanes. Pero no tenemos ningún tipo de vínculo organizativo con ellos, nunca lo hemos tenido", ha añadido.

Jammat ul Ahrar se atribuyó la autoría de un atentado suicida que tuvo lugar el pasado 8 de agosto en la ciudad de Quetta, en el suroeste de Pakistán, contra un hospital civil, en el que perdieron la vida unas 70 personas. Horas después de que los talibán se proclamasen responsables, el Estado Islámico también reivindicó el ataque.

El grupo armado talibán, que también es responsable de un atentado que tuvo lugar en marzo en Lahore que se saldó con 72 muertos, nunca antes había renegado del Estado Islámico. En el audio, Jorasani no ha hecho mención alguna al ataque de Quetta.

Jammat ul Ahrar, que fue designado como "grupo terrorista global" a principios de este mes por Estados Unidos, surgió en 2014, después de que Jorasani, que era el comandante en jefe del área tribal de Mohmand, rompiese con los talibán de Pakistán y formase su propia organización.

En el comunicado, Jorasani ha añadido que su grupo no tiene intención alguna de luchar para instaurar la ley islámica más allá de Pakistán. También ha señalado que no hay milicianos yihadistas en las zonas que están bajo su control, a lo largo de la frontera con Afganistán.

El Estado Islámico ha estado intentado expandir su presencia en Afganistán y en Pakistán en los últimos meses porque está perdiendo el control de grandes territorios en Siria e Irak. Sin embargo, se está encontrando con la competencia de los milicianos locales.

De acuerdo con varios analistas de seguridad, a día de hoy, el Estado Islámico es más "una marca registrada" en el sureste de Asia que una fuerza militar importante en la región.

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