Actualizado: jueves, 15 octubre 2015 14:19

MANILA, 15 Oct. (Reuters/EP) -

La mujer, una hija, un hijo y un sobrino del difunto dictador filipino Ferdinand Marcos se presentarán como candidatos a las próximas elecciones que se celebrarán en mayo de 2016, una cita electoral que estará marcada por la influencia de las dinastías familiares en la clase política filipina.

"El problema con las élites políticas es que no hay un programa, todo es poder", ha dicho Ramon Casiple, director ejecutivo del Instituto para las Reformas Electorales y Políticas.

La familia del vicepresidente, Jejomar Binay, es otra de las dinastías poderosas en Filipinas, tras pasar casi tres décadas gobernando Makati, el distrito financiero de Manila. La hija de Binay está terminando su mandato como diputada y se presentará como alcaldesa en 2016, con la esperanza de reemplazar a su hermano, inmerso en un caso de corrupción. Su marido, empresario y nuevo en la política, luchará por ocupar un escaño en el Congreso. Binay, por su parte, esperar poder sustituir en la Presidencia del país al actual mandatario, Benigno Aquino.

"Muchas de estas familias políticas se sienten los dueños de los puestos que ocupan y ven necesario legar ese puesto al miembro de la familia que ellos quieran", ha denunciado el director ejecutivo del Mecanismo por la Transparencia y la Responsabilidad (TAN), Vincent Lazatin. "Es muy alarmante", ha añadido.

CONEXIONES ENTRE CLANES

La principal candidata para reemplazar a Aquino, de acuerdo con los sondeos, es la senadora Grace Poe. Al no ser miembro de una dinastía, sus oportunidades de sucesión dependen de sus contactos y apoyos entre personalides clave, como puede ser Eduardo Cojuangco, el tío empresario de Aquino y líder de la Coalición Popular Nacionalista.

Además de a Binay, Poe se enfrentará a Manuel 'Mar' Roxas, nieto del primer líder tras la guerra del país y el favorito del presidente Aquino.

Peter Wallace, consultor principal del Foro de Negocios Wallace, ha dicho que las políticas que le importan a la gente normal --la disputa con China por el mar de China Meridional, el trabajo y los servicios sociales-- se están viendo eclipsadas por una contienda política basada en personalidades. "Ya tenemos suficiente de estas familias y políticos, exigimos un cambio", ha añadido Wallace, pidiendo propuestas concretas para la creación de puestos de trabajo y captación de inversiones.

El próximo presidente debe aplicar políticas que abran la economía a las inversiones extranjeras, reducir los costes empresariales, reducir la burocracia y modernizar la infraestructura, ha dicho la cámara de negocios extranjeros en un comunicado la semana pasada.

Alrededor de dos terceras partes de los escaños del Congreso saliente están ocupados por miembros de varias dinastías familiares, incluso Aquino, que se considera descendiente de la familia que derrocó a Marcos en 1986 y que se comprometió a acabar con las dinastías políticas cuando llegó a presidente en 2010.

Aunque Aquino abandonó su promesa tras acceder al cargo, recientemente ha vuelto a abogar por poner fin a la influencia de las familias políticas dando su apoyo a una ley que se prevé que termine sin tramitar en el Congreso.

Su segundo cambio de opinión se produjo después de que su Gobierno abriera expedientes por casos de corrupción contra la familia Binay. Aún así, los analistas ven pocas esperanzas de que el proyecto se convierta en ley a corto plazo.

"No parece haber una tendencia real a la despersonalización de la política por parte de las familias", ha dicho Steven Rood, asesor regional para Políticas Locales de la Fundación Asia.

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