MANILA 24 Ene. (EP/AP) -
La Policía filipina investiga los asesinatos de cinco activistas de izquierda, mientras sus correligionarios acusan al Gobierno de condonar y no perseguir este tipo homicidios que se vinculan a las fuerzas militares del Estado.
La desaparición de las dos víctimas, Miguel Dayandate y Julio Camero, miembros del partido de izquierda Bayan Muna que el Ejército relaciona con los rebeldes comunistas, fue denunciada ya la semana pasada. Ayer aparecieron muertos por disparos en Ligao, a unos 310 kilómetros al sureste de Manila, según informó el superintendente Ricardo Padilla.
"Creemos que fueron asesinados en otros lugar y posteriormente trasladaron sus cuerpos a Ligao para despistar a la investigación en curso", declaró Padilla, quien añadió que todavía se están esclareciendo "los motivos e identidades de los asesinos".
Por otra parte, el grupo de Derechos Humanos Karapatan informó de que otros tres activistas fueron asesinados esta semana también en la provincia de Alby. Según indicó Padilla, estos casos también se encuentran bajo diligencia policial aunque no se tiene por el momento ningún sospechoso.
Una de las víctimas era Rubén Ermino, de 52 años de edad, y otra Demetrio Imperial, de 26, quien recibió los disparos que acabaron con su vida delante de su mujer e hijo, según explicó Karapatan.
"Las evidencias apuntan hacia el Ejército", declaró el abogado de Bayan Muna Neri Colmenares en referencia a la autoría de los crímenes. En un acto de protesta que tuvo lugar frente las dependencias centrales del Ejército en Manila, Colmenares comentó que su "protesta no era sólo contra estos homicidios continuos", sino también contra "la falta de una política por parte del Gobierno que persiga a los asesinos". La UE y numerosas asociaciones de Derechos Humanos han exigido al Gobierno filipino que ponga en funcionamiento una política efectiva que actúe contra estos criminales.
Por otra parte, un portavoz del Ejército en la región meridional de Luzon, el teniente coronel Rhederick Parayno, negó cualquier tipo de implicación militar en los hechos, y matizó que una de las víctimas, Imperial, espiaba a los comunistas rebeldes para el Ejército, por lo que considera que "los únicos con motivos para matarle son los del otro lado".