MANILA, 26 Feb. (EP/AP) -
La guerrilla comunista acusó hoy a las fuerzas de seguridad gubernamentales del secuestro de un comandante rebelde que participaba en las negociaciones de paz que se encuentran paralizadas, pero la Policía y el Ejército negó que el secuestrado, Leo Velasco, se encuentre bajo su custodia.
EL portavoz rebelde, Gregorio Rosal dijo que Velasco, miembro del comité central del Partido Comunista de las Filipinas, fue introducido por la fuerza en una furgoneta sin matrícula en la ciudad de Cagayan de Oro (sur) el pasado 19 de febrero, por hombres que se identificaron a sí mismos como agentes gubernamentales.
El negociador jefe rebelde, Luis Jalandoni, constató que ha enviado una carta a la presidenta filipina, Gloria Macapagal Arroyo, solicitando la inmediata liberación de Velasco, que tienen inmunidad ante las detenciones por formar parte del equipo negociador en las malogradas conversaciones de paz con el Gobierno en las que media Noruega.
En esta solicitud, Jalandoni asegura que varios testigos vieron cómo uno los secuestradores llevaba una chaqueta con las iniciales del Grupo de Investigación Criminal y Detenciones de la Policía, y cita la información publicada por un diario en la que un agente policial confirma que la furgoneta utilizada en el secuestro se asemeja a las que utilizan los agentes de inteligencia militar.
Sin embargo, fuentes militares y policiales negaron tener nada que ver en el secuestro de Velasco. "Esto es propaganda", declaró el portavoz militar, Bartolomé Bacarro.
La guerrilla además ha pedido al Comité de la ONU de Derechos Humanos, a la Cruz Roja, y a otros tantos grupos de Derechos Humanos que intercedan por la liberación de Velasco. "Acciones inmediatas concertadas son la única oportunidad de salvar al camarada Velasco de posibles torturas y una ejecución extrajudicial", dijo el portavoz rebelde en un comunicado.
