Actualizado: martes, 28 marzo 2017 21:02

VARSOVIA, 28 Mar. (Reuters/EP) -

Los líderes de los cuatro países europeos que forman el grupo de Visegrado --Polonia, Eslovaquia, Hungría y República Checa-- han asegurado este martes que no permitirán que la Unión Europea les chantajee con represalias económicas si no aceptan las cuotas de reasentamiento de miles de refugiados procedentes de Oriente Próximo.

Austria se ha sumado a las declaraciones del grupo de Visegrado y ha anunciado que intentará quedar exento de tener que aceptar a más solicitantes de asilo, ya que alega que ha aceptado a los que le correspondían.

Los primeros ministros del grupo de Visegrado han dicho este martes que cuentan con la soberanía suficiente para decidir por sí mismos cómo lidiar con los millones de inmigrantes que han llegado a Europa desde Oriente Próximo en los últimos años.

La Unión Europea ya advirtió la semana pasada a los estados miembro sobre las consecuencias que tendría no cumplir con las cuotas de reasentamiento de refugiados, que tienen como objetivo acabar con la presión excesiva que tienen que hacer frente los países de primera llegada, que están dando asilo a la inmensa mayoría de los inmigrantes.

Un número creciente de políticos de países situados en el oeste de la UE han comenzado a defender los planes del bloque regional de actuar en contra de aquellos países miembro que no acepten a refugiados.

"Polonia y el grupo de Visegrado nunca aceptarán este chantaje ni estas condiciones, que han sido dictadas", ha asegurado la primera ministra polaca, Beata Szydlo.

El primer ministro eslovaco, Rober Fico, también ha calificado de "chantaje" la decisión del bloque económico de amenazar con retirar fondos si no se cumplen las cuotas de reasentamiento.

Por su parte, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, ha defendido su reciente normativa anti inmigración y la negativa del grupo de Visegrado a aceptar más refugiados.

Menos de 14.000 solicitantes de asilo han sido reasentados desde Grecia e Italia desde que la Unión Europea aprobó un plan que tenía como objetivo encontrar un nuevo hogar para unas 160.000 personas.

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