Advierte de que el régimen intentará legalizar la "sucesión hereditaria" y que el país se enfrenta a graves problemas económicos
MADRID, 9 Feb. (EUROPA PRESS) -
El parlamentario y secretario general de la principal formación opositora legal de Guinea Ecuatorial, Convergencia para la Democracia Social (CPDS), Plácido Micó, ha expresado este jueves su "deseo" de que el nuevo Gobierno español ponga fin a la política de "encubrimiento y apoyo indirecto" al régimen de Teodoro Obiang Nguema Mbasogo, aunque ha reconocido que no espera "gran cosa" del cambio de Ejecutivo.
"Sinceramente y creo que hay que subrayarlo, no esperamos gran cosa del cambio de Gobierno en España", declaró Micó durante una entrevista concedida a Europa Press en su redacción de Madrid. No obstante, eso "no quita que podamos expresar nuestro deseo" de que el nuevo Ejecutivo del Partido Popular "cambie la política de España hacia el régimen de Obiang", admitió.
La actitud de los distintos Gobiernos españoles está "sirviendo más bien de encubrimiento y de apoyo indirecto al régimen" y está causando "un distanciamiento y otros sentimientos no precisamente positivos en el pueblo de Guinea Ecuatorial hacia España", prosiguió Micó, quien se encuentra estos días en España a invitación del PSOE para participar como observador en el congreso del partido, recientemente celebrado en Sevilla.
"La mejor baza que tiene España en Guinea Ecuatorial es la simpatía de su población hacia los españoles, pero las políticas españolas de los últimos quince años están sorprendiendo, por no decir claramente decepcionando" a los ecuatoguineanos debido a la "falta de una posición clara en contra de la política de represión, de falta de libertades, de violación de los Derechos Humanos y de corrupción que caracteriza al régimen de Obiang", aseveró.
COYUNTURA POLÍTICA Y ECONÓMICA
Según Micó, el país se enfrenta en estos momentos a un futuro difícil, tanto política como económicamente. Por una parte, el secretario general de CPDS teme que, "en los próximos meses, el régimen intente poner en práctica las reformas constitucionales" recientemente aprobadas en referéndum para consolidar la "sucesión hereditaria" en la Presidencia.
El primer paso, explicó, será el nombramiento de un vicepresidente en la persona de "un pariente cercano", en referencia a su primogénito y actual ministro de Agricultura y Bosques, Teodoro Nguema Obiang Mangué, para "garantizar" la sucesión y convertir la Presidencia en "un trofeo, un patrimonio hereditario".
El siguiente paso, prosiguió, podría ser el adelanto en un año, "por sorpresa, sin anunciarlo ni negociarlo", de las elecciones legislativas para que coincidan con los próximos comicios municipales, previstos para mayo de 2012 (las elecciones parlamentarias deberían celebrarse en mayo de 2013). El objetivo de este anticipo electoral sería la creación de un "nuevo Parlamento a la medida" de Obiang que introduzca "las reformas y leyes que necesita", denunció.
En tal caso, explicó Micó, CPDS estudiaría si participa en los comicios, como "hace siempre en cada convocatoria electoral". La participación en las elecciones, organizadas bajo "las condiciones que pone Obiang", suele generar "discusiones internas a veces desgarradoras", pero finalmente se acaba optando por concurrir para "no hacerle el juego" al presidente, cuyo objetivo es "implantar un régimen unipartidista de hecho", y porque "las elecciones son una de las pocas ocasiones que tiene el partido para dirigirse a la población".
El otro gran reto a que se enfrenta en estos momentos el país, prosiguió, es el económico, sobre todo tras el "gasto descontrolado de recursos del Estado" que ha llevado a cabo el Gobierno a lo largo de 2011 y en el primer trimestre de 2012 con la celebración de la cumbre de la Unión Africana y de la Copa Africana de Naciones de fútbol.
Estos eventos, aseguró, han incrementado la corrupción "de forma exponencial" en favor de los que "han aprovechado este jolgorio para saquear las arcas del Estado", hasta el punto d que ni siquiera los ingresos procedentes del petróleo "sirven para cubrir el despilfarro". En estas condiciones, advirtió, el país se enfrenta a "posibles retrasos en los pagos de empresas, a la paralización de proyectos y al despido de trabajadores".
LA PRIMAVERA DEL NORTE DE ÁFRICA
A juicio de Plácido Micó, las revueltas populares que han acabado con los regímenes dictatoriales en Túnez, Egipto y Libia en el contexto de la llamada 'Primavera Árabe' "no han terminado de producir las secuelas" que podían esperarse en el resto de África, pero "no han pasado desapercibidas".
"Los régimenes de Guinea Ecuatorial y de otros países africanos, sobre todo de África Central, conducen a sus pueblos a situaciones de opresión y pobreza con la complicidad de los Gobiernos de países occidentales y no occidentales y, por supuesto, de muchas multinacionales que prefieren que en esos países gobiernen regímenes sin escrúpulos que les permiten sacar enormes beneficios de los recursos naturales", denunció.
De hecho, explicó, los regímenes de estos países del norte de África contaban "con el apoyo de los países occidentales" y el fallecido líder libio, Muamar Gadafi, era "el rey de reyes en la Unión Africana". No obstante, "cuando los pueblos llegan a un extremo en la lucha por su supervivencia y por su libertad, se manifiestan a pesar de los pesares", aseveró.
Al respecto, Micó expresó su deseo, "como luchador por el cambio político y por la democracia", de que el pueblo de Guinea Ecuatorial "exija un cambio de régimen", pero "la represión del régimen contra la población, el Estado policiaco y la desarticulación de la sociedad civil han llegado a tales extremos que no acaba de cuajar una posibilidad real de que la gente decida salir a la calle a manifestar su descontento y denunciar los atropellos".
"Cuando comenzó la crisis libia y del norte de África, la televisión y la radio estatales no informaron absolutamente nada, no pronunciaron ni siquiera las palabras Túnez o Libia", aseguró.
HOJA DE RUTA
Según Plácido Micó, CPDS ha diseñado su propia 'Hoja de ruta' para traer la democracia a Guinea Ecuatorial mediante un programa de transición de dos años de duración, que pondría en marcha en caso de ganar alguna vez las elecciones presidenciales o legislativas.
El proceso de transición incluiría la aprobación de nuevas leyes sobre partidos, asociaciones y libertad de reunión y manifestación, así como de una ley electoral que sustituya a la actual, que es "una burla" y deja "la administración electoral en manos del Partido Democrático de Guinea Ecuatorial (PDGE)", la formación de Obiang.
El resultado final de ese proceso de transición sería la elección popular de una Asamblea Constituyente que "adopte una nueva Constitución que recoja la forma en que el país quiere gobernarse".
En todo caso, en caso de que el CPDS no gane nunca las elecciones y el Gobierno siga en manos de Obiang, "le pedimos lo mismo": la constitución de una mesa de negociación, la legalización de los partidos políticos ("desde 1992, no ha vuelto a legalizarse ni uno solo") y la modificación de la ley electoral. El proceso concluiría con la celebración de "elecciones transparentes con asistencia de la comunidad internacional, Naciones Unidas o Unión Europea".
No obstante, admitió, "por más que haya una 'Hoja de ruta'", lo que vaya a suceder es "imprevisible" en un régimen como el Obiang, "sin rumbo, sin ideas, enrocado en sí mismo y con una corrupción que le ciega".
