EL CAIRO 27 Jun. (Reuters/EP) -
La ONG pro derechos Human Rights Watch ha acusado a los Hermanos Musulmanes, la organización más poderosa de Egipto, y la raíz del partido del presidente Mohamed Mursi, de incitar a un brote de odio religioso que desembocó la semana pasada en el linchamiento de cuatro chiíes en El Cairo.
"El brutal linchamiento sectario de los cuatro chiíes tiene lugar tras dos años de discursos plagados de odio contra este grupo minoritario; discursos que los Hermanos Musulmanes aprueban y en los que, en ocasiones, participan", indicó el subdirector de Human Rights Watch para Oriente Próximo, Joe Stork.
El incidente tuvo lugar el pasado domingo en el barrio de Zawiyat Abú Musalem, donde varios residentes atacaron a los invitados de un prominente clérigo chií recién llegado a un festival religioso. Los cuatro fallecidos tenían los cuerpos mutilados. Ocho personas fueron detenidos por la Policía a tenor del incidente.
"Este horrendo incidente en Abú Musalem demuestra que los chiíes no pueden siquiera reunirse en la privacidad de sus hogares para celebrar nada, y contribuye a incrementar el miedo persecutorio que padecen todas las minorías religiosas del país", denunció Stork.
El presidente Mursi condenó el crimen ante el silencio de los Hermanos Musulmanes. Sin embargo, la oposición está convencida de que la organización se ha aliado con el ultraconservador frente Salafista, que a a cambio le ha pedido que alimente el odio contra los chiíes. Sin ir más lejos, el presidente Mursi fue invitado de honor este mes en una manifestación en la que un clérigo describió a los chiíes como "herejes".
La ONG, además, pide a las autoridades egipcias que investiguen la, a su entender, pobre actuación policial que fracasó a la hora de detener a la turba. "La respuesta oficial a los asesinatos se queda demasiado corta en comparación a lo que se espera en lo que a la protección de los chiíes se refiere", concluyó HRW.