NOM PEN, 3 Jun. (DPA/EP) -
El ilegalizado partido opositor Partido Nacional de Rescate de Camboya (CNRP) está intentando revitalizar su apoyo ciudadano a través de una serie de encuentros con la población centrados en una tradicional sopa de noodles para relanzar la formación y conseguir respaldos.
Alrededor de 1.500 miembros del CNRP se reunirán en grupos hasta el 9 de junio en distintos puntos del país en torno a la 'num bang chok', una sopa de noodles jemer, para intentar recabar apoyos de cara a la vuelta al país de su exlíder Sam Rainsy, exiliado en el extranjero.
El vicepresidente del CNRP, Mu Sochua, también exiliado, ha acusado al primer ministro camboyano, Hun Sen, de buscar "silenciar totalmente" al partido. "El silencio está cavando nuestra tumba", ha agregado.
El CNRP fue disuelto y sus parlamentarios fueron inhabilitados para el ejercicio de cargo público en noviembre después de que el Tribunal Supremo dictaminara en 2017 que había intentado derrocar al Gobierno con la ayuda de Estados Unidos.
Tanto la formación opositora como el Gobierno de Estados Unidos han negado las acusaciones. La disolución del CNRP vino acompañada por el arresto de su líder, Kem Sokha, quien fue puesto al frente del país tras el exilio de Rainsy.
La ONG Human Rights Watch (HRW) ha instado este mismo lunes a las autoridades de Camboya a dejar de acosar inmediatamente a antiguos miembros del CNRP, después de que se emitieran 147 citaciones "arbitrarias" en lo que va de año.
"Ha pasado más de un año desde que el Tribunal Supremo tomó la decisión politizada de convertir Camboya en un Estado con un solo partido, pero el Gobierno todavía está acosando a los antiguos miembros de este partido mediante interrogatorios y citaciones judiciales", ha manifestado el director de HRW para Asia, Brad Adams, en un comunicado.
La ONG ha explicado que el pasado 12 de marzo la Corte Municipal de Phnom Penh emitió órdenes de arresto contra ocho miembros del CNRP en el exilio. Los cargos impuestos en su contra eran conspiración para cometer traición e incitación para cometer delitos bajo los artículos 443 y 495 del Código Penal camboyano.
"¿Cuántos disidentes más necesitan en la cárcel o el exilio antes de que la comunidad internacional actúe para defender los Derechos Humanos y la democracia en Camboya?", se ha preguntado Adams.
