DUBAI 4 Jul. (Reuters/EP) -
Irán se ha mostrado cauteloso ante el golpe de Estado que ha acabado con el derrocamiento del presidente islamista de Egipto, Mohamed Mursi, y en su respuesta a la situación ha pedido que Egipto tenga en cuenta las "peticiones legítimas" del pueblo y ha advertido del "oportunismo de extranjeros y enemigos".
Mursi visitó Teherán en uno de sus primeros viajes oficiales al extranjero. Sin embargo, los dos países han mantenido posiciones opuestas sobre la guerra civil de Siria, que ha adquirido cada vez más matices sectarios, y mientras Mursi ha apoyado a la mayor parte de los grupos rebeldes suníes que buscan derrocar al presidente sirio Bashar al Assad, los chiíes de Irán se han acercado más a su aliado árabe.
"La reticente nación de Egipto debe proteger su independencia y su grandeza del oportunismo enemigo y extranjero durante las difíciles condiciones que vendrán", ha declarado el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Abbas Araqchi, según la agencia de noticias iraní Fars.
"Con respecto a los orígenes del exigente, civilizado e histórico pueblo de Egipto, la República Islámica de Irán enfatiza la necesidad de cumplir las peticiones legítimas, y tiene la esperanza de que el desarrollo les proporcione una atmósfera donde satisfacer sus necesitades", ha declarado Araqchi.
Estas declaraciones han sido mucho más ambiguas que las de antes de que Mursi fuera derrocado. El jueves, un dirigente iraní declaró que el presidente egipcio había sido elegido por la voluntad de la nación, y que debería recurrir a las fuerzas armadas para "hacer caso al voto del pueblo".