MADRID, 22 Mar. (EUROPA PRESS) -
Un grupo de manifestantes ha apedreado este viernes el convoy del presidente de Irak, Barham Salí, en Mosul durante una protesta por la muerte el jueves de 120 personas tras el hundimiento de un ferry en el río Tigris.
"Fuera, fuera, bastardos", han gritado los manifestantes ante la llegada de Salí a la ciudad para visitar a varios heridos que se encuentran hospitalizados. El mandatario, que ha sido empujado, se ha negado a irse y ha intentado calmar los ánimos.
Un hombre que se ha dirigido al presidente ha dicho que "toda la población de Mosul se ha hundido" y que "todas las familias están llorando". Otro de los presentes ha pedido que los muertos sean reconocidos como "mártires", lo que permitiría a sus familias recibir pensiones.
En respuesta, Salí ha resaltado que "la tragedia de Mosul es de carácter nacional", antes de resaltar que fue debido a "la mala gestión, la avaricia, la corrupción y la negligencia", según ha recogido la cadena de televisión kurda Rudaw.
El accidente tuvo lugar al norte de la ciudad, cerca de una zona recreativa popular entre las familias. Vídeos grabados con teléfono móvil muestran el momento del hundimiento del barco y a los ocupantes pidiendo ayuda.
El primer ministro de Irak, Adel Abdul Mahdi, ha asegurado que los responsables del hundimiento serán llevados ante la Justicia. "La Justicia debe hacerse camino", ha indicado.
"Los resultados de la investigación deben ser alcanzados por la comisión creada para esa finalidad y deben identificar las causas del hundimiento del ferry", ha agregado.
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, ha expresado su tristeza y sus condolencias a los familiares del suceso y ha mostrado la disposición del organismo internacional a apoyar los esfuerzos de las autoridades.
Por su parte, la Unión Europea ha trasladado igualmente sus condolencias a los familiares de las víctimas, algo que también ha hecho el Gobierno de Estados Unidos, que además ha reafirmado su "amistad con el pueblo de Irak".
