MADRID 13 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un total de 30 miembros del Movimiento Juvenil 6 de Abril se han declarado este viernes en huelga de hambre para solicitar la liberación de los activistas detenidos la semana pasada durante la conmemoración del segundo aniversario de la creación de la formación, según ha informado el miembro del comité político del grupo Mohamed Ibrahim.
Entre los participantes en la protesta, que tienen como objetivo dar a conocer los casos de tortura y malos tratos sufridos por los detenidos, hay miembros del grupo de El Cairo, Giza, Alejandría y Sharquiya, según ha informado el diario egipcio 'Al Ahram'.
El miércoles, activistas de la formación celebraron una vigilia frente a la Oficina de Seguridad de El Cairo para pedir la liberación de los activistas detenidos.
El 6 de abril, la Policía empleó gases lacrimógenos contra los manifestantes que se concentraron en la capital egipcia para celebrar el segundo aniversario de la formación, uno de los grupos que impulsó las protestas que culminaron con el derrocamiento en 2011 del presidente Hosni Mubarak.
Unas 500 personas que participaban en la protesta intentaron asaltar la sede del Fiscal General egipcio al grito de 'El pueblo quiere la caída del régimen', lo que provocó la intervención de la Policía.
Los manifestantes lanzaron petardos y cohetes contra el edificio, y la Policía disparó botes de gas lacrimógeno desde las ventanas del propio inmueble. Siete manifestantes tuvieron que ser hospitalizados como consecuencia de la actuación policial.
La oposición ha criticado duramente la actuación del fiscal general por la denuncia contra el cómico Bassem Yusef, conocido por sus imitaciones y parodias del presidente egipcio, Mohamed Mursi. Yusef está acusado de insultar a Mursi y al Islam.
Las críticas por parte de las fuerzas revolucionarias contra Hermanos Musulmanes --que no se unió en un principio a las manifestaciones-- han ido en incremento debido a lo que la oposición considera como una aquiescencia por parte de la formación islamista con los elementos del antiguo Gobierno.
Tras la llegada al poder del Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas tras la salida del poder de Mubarak, Hermanos Musulmanes hizo un llamamiento al fin de las protestas y se posicionó cerca de las autoridades interinas --personificadas en el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas--, lo que fue considerado una "traición" a la revolución y sus objetivos.
Las tensiones han aumentado a raíz la victoria en las posteriores elecciones presidenciales de Mursi y de sus medidas, que las fuerzas revolucionarias consideran destinadas a beneficiar al grupo y a impedir un progreso real en las demandas mantenidas durante las protestas en el país.