Publicado: jueves, 18 enero 2018 7:20

MADRID, 18 Ene. (EUROPA PRESS) -

La Misión Unidimensional Integrada de Naciones Unidas para la Estabilización en República Centroafricana (MINUSCA) ha dado este miércoles 48 horas a los grupos armados para que se retiren de la zona cercana a Paoua (noroeste), tras sus últimos combates.

La misión quiere que se retiren de un perímetro de 50 kilómetros para permitir volver a sus casas a los cerca de 60.000 desplazados provocados por los enfrentamientos entre los grupos armados Revolución y Justicia y Movimiento Nacional para la Liberación a Centroáfrica.

Los desplazados se dirigieron a Paoua, donde los cerca de 40.000 residentes les han acogido, pero la comida y el agua se está acabando, según la coordinadora humanitaria de la ONU en el país, Najat Rochdi.

"Hemos registrado también a más de 5.000 personas en Makunda, una localidad a 60 kilómetros de Paoua, y 15.000 refugiados que han huido a Chad", ha señalado, recalcando que "es una verdadera catástrofe y una verdadera crisis humanitaria".

"Hay un problema de protección, especialmente porque la mayoría de los desplazados son mujeres, y cientos de ellos son mujeres embarazadas y niños", ha manifestado Rochdi.

Asimismo, ha insistido en que "algunas familias han acogido a más de 30 personas", resaltando el impacto que ha tenido el flujo de desplazados sobre "una población ya empobrecida".

"Queríamos establecer un campamento para acoger a los desplazados (...) pero han dicho que quieren volver a sus aldeas lo antes posible", ha desvelado Rochdi, aplaudiendo el ultimátum de la MINUSCA a los grupos armados.

Por último, ha subrayado que "Paoua y sus alrededores, donde ya hay una situación de seguridad alimentaria, dependen mucho de la agricultura local", alertando de que "si (los desplazados) no vuelven rápido a sus aldeas, la situación va a empeorar".

El derrocamiento del presidente François Bozizé en 2013 a manos de la coalición rebelde Séléka, compuesta principalmente por musulmanes, y las posteriores represalias adoptadas por las milicias 'antibalaka', de mayoría cristiana, causaron miles de muertos y obligaron a una quinta parte de la población a abandonar sus hogares.

En el último año la violencia se ha recrudecido y la ONU ha advertido de que los combates entre las distintas comunidades podrían desencadenar un conflicto más amplio en el país africano.

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