MADRID 23 Oct. (EUROPA PRESS) -
Amnistía Internacional (AI) denunció hoy que la tortura y los malos tratos siguen siendo "generalizados y sistémicos" en Moldavia, pese a algunas medidas legislativas iniciales adoptadas por elGobierno para cambiar las prácticas policiales a fin de erradicar estas prácticas.
"Aunque se han hecho esfuerzos para adaptar la legislación a las normas internacionales y europeas, la práctica y las actitudes van a la zaga, y las palizas y los malos tratos a los detenidos siguen siendo la norma", declaró la investigadora sobre Moldavia de Amnistía Internacional, Heather McGill. "Los cauces para obtener una reparación siguen bloqueados" y "la ausencia de transparencia alimenta la impunidad", añadió, con motivo de la presentación de un nuevo informe.
"El hecho de que desde 2005 el Tribunal Europeo de Derechos Humanos haya declarado en ocho sentencias que Moldavia ha violado el derecho a no ser sometido a tortura y malos tratos, cuatro de las cuales fueron dictadas en el 2007, ilustra la necesidad de medidas rápidas y resueltas", prosiguió. "El Gobierno debe actuar ya para erradicar la tortura de una vez por todas", aseveró.
El informe cita el caso de Sergei Gurgurov, de 28 años, quien "fue golpeado todos los días desde el 25 de octubre hasta el 3 de noviembre de 2005", fecha en que quedó en libertad bajo fianza. Unos policías del distrito de Riscani, de Chisinau, intentaron que se confesase autor de una serie de robos de teléfonos móviles. "Sergei Gurgurov ha quedado incapacitado a causa de la tortura y los malos tratos que sufrió a manos de la Policía", aseguró AI.
"Durante este periodo lo llevaban todas las tardes y a la hora del almuerzo a los despachos de los agentes de policía de la segunda planta de las dependencias policiales, donde era torturado", se lee en el documento. "Los policías le golpearon en la columna vertebral y le aplicaron descargas eléctricas en el cuerpo", prosigue.
Otro caso citado es del de tres agentes del Departamento de Seguridad Interna del Ministerio del Interior que dieron una paliza a A.B., quien se negó a prestar falso testimonio contra un amigo que era policía y estuvo detenido bajo custodia policial desde el 25 de febrero hasta el 17 de julio de 2006, acusado de robo. "Que te pegue la policía es lo normal. Pensé: 'Bueno, me pegarán y después me dejarán marchar'", declaró a Amnistía Internacional.
JUECES Y FISCALES
En el informe, Amnistía Internacional lamenta "que los jueces no estén haciendo todo lo posible para proteger los derechos de los detenidos e impedir la tortura y los malos tratos".
Asimismo, denuncia que la Fiscalía General no esté haciendo lo suficiente para combatir la impunidad por actos de tortura, como se deduce del "escaso número de condenas a agentes policiales, las dificultades que afrontan las víctimas para presentar quejas y el hecho de que la Fiscalía General no realice investigaciones inmediatas, exhaustivas, independientes e imparciales".
El informe de AI fue elaborado mediante entrevistas con víctimas, abogados, organizaciones no gubernamentales (ONG) y autoridades en el curso de dos visitas a Moldavia en marzo y julio de 2007, en las que visitaron centros de detención de Chisinau, Comrat, Taraclia, Ocnita, Edinet, Orhei y Straseni.
El estudio no incluye casos de la autoproclamada República Moldava del Transdniéster. "Ello no se debe a la ausencia de torturas y malos tratos en el Transdniéster", sino "a la gran reticencia de los habitantes de esta región a denunciar casos de tortura y malos tratos, a la ausencia de ONG que trabajen sobre esta cuestión y a la escasa concienciación entre los abogados", señala AI.