CONAKRY, 23 May. (Reuters/EP) -
Una persona ha muerto y unas diez han resultado heridas durante una manifestación convocada este jueves por la oposición guineana que ha concluido con enfrentamientos de simpatizantes del Gobierno de Alpha Condé y fuerzas de seguridad contra detractores del Ejecutivo.
Los partidos opositores acusan a Condé de preparar a su antojo las elecciones del 30 de junio, lo que se ha traducido en numerosas concentraciones desde marzo en las que, según los datos oficiales, han perdido la vida 19 personas y otras 300 han resultado heridas.
La Policía ha recurrido a gases lacrimógenos y cañones de agua para tratar de contener la manifestación cuando ésta se ha salido del trazado marcado, según testigos. Los opositores han quemado neumáticos y han protagonizado choques con grupos de simpatizantes del Gobierno.
En el marco de estos enfrentamientos, se han escuchado disparos en el barrio de Bambeto, un bastión de la oposición, y una persona ha fallecido aparentemente tiroteado. La víctima ha sido identificada como Andul Gadiri Diallo, comerciante de 28 años.
Según un familiar del fallecido, Talatou Barry, Diallo "fue alcanzado en su lado derecho por una bala que salió cerca de su corazón". "Murió en el lugar de los hechos", ha explicado.
El Gobierno ha confirmado el fallecimiento de una persona, aunque sin poder aclarar las causas. Sí ha explicado, no obstante, que se han registrado al menos diez heridos y ha culpado de estos daños personales a los propios manifestantes "sobreexcitados". Según un portavoz gubernamental, Damantang Albert Camera, "atacaron a sus propios líderes".
Un médico de una clínica privada ha declarado a Reuters que en el centro han entrado "diez heridos", entre ellos líderes de la oposición. "El estado de algunos de estos heridos es bastante grave", ha advertido, sin entrar en más detalles.
La oposición ha acusado a los aliados de Condé de fijar sin consulta previa la fecha de los comicios, ha pedido la retirada de la empresa contratada para revisar la lista de votantes y ha reclamado que los guineanos exiliados puedan participar.
Las elecciones, que debían haberse celebrado en 2011, son un paso clave para que el país africano complete su transición tras el golpe militar de 2008.
