Las mujeres, claves en la respuesta humanitaria ante conflictos y desastres

Campaña de vacunación contra la polio en Pakistán
Campaña de vacunación contra la polio en Pakistán - REUTERS / AKHTAR SOOMRO - Archivo
Publicado: lunes, 19 agosto 2019 9:17

Su labor es fundamental a la hora de gestionar la violencia sexual o en las campañas de vacunación

MADRID, 19 Ago. (EUROPA PRESS) -

Cuanto estalla un conflicto, se produce un desastre natural o una epidemia, mujeres y niños suelen ser los más afectados, pero las mujeres también suelen estar en la primera línea a la hora de participar en la respuesta humanitaria, como recuerda en esta ocasión el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria, que se celebra el 19 de agosto.

Cada día, algo más de medio millón de trabajadores humanitarios se esfuerzan en todo el mundo por mejorar las vidas de los millones de necesitados asistencia por guerras, violencia y desastres, de los que las mujeres constituyen aproximadamente el 43 por ciento, si bien en algunas organizaciones y programas son la mayoría.

El secretario general de la ONU, António Guterres, ha elogiado la valentía de estas "trabajadoras humanitarias que están en primera línea, ya sea para apoyar a los civiles atrapados en una crisis o para hacer frente a los brotes de enfermedades".

"Su presencia amplía el alcance de las operaciones de ayuda y las hace así más eficaces. Asimismo, mejora la respuesta humanitaria a la violencia de género, que se agrava en situaciones de emergencia", ha resaltado.

Según la ONU, aunque los datos muestran que los trabajadores humanitarios masculinos sufren con mayor frecuencia ataques violentos, las mujeres se enfrentan a retos y riesgos particulares en virtud de su género. En algunos de los lugares más peligrosos para trabajar, el riesgo para las mujeres se ve acentuado por actitudes culturales que desaprueban que estas trabajen fuera del hogar.

FUNDAMENTALES PARA ALGUNOS PROGRAMAS Y PROYECTOS

Sin embargo, al mismo tiempo, y especialmente en condiciones de desigualdad y restricciones de género, las trabajadoras humanitarias son fundamentales para la eficacia de muchos tipos de programas de ayuda, como los proyectos de salud para mujeres y niños. Como consecuencia, han muerto más del doble de mujeres que hombres en ataques mientras trabajaban en equipos de vacunación contra la polio y otros programas de inmunización.

Asimismo, las mujeres experimentaron tasas ligeramente más altas de ataques en ciertos tipos de violencia, como la agresión corporal y el secuestro, y tasas desproporcionadamente más altas de violencia sexual.

Así, el 8 por ciento de las mujeres víctimas de ataques a trabajadores humanitarios fueron violadas o agredidas sexualmente de manera violenta, sin que se contabilicen casos entre sus homólogos varones, si bien ambas cifras no corresponderían a la realidad, puesto que suelen presentarse pocas denuncias de este tipo de violencia estigmatizada.

Pero el riesgo de violencia no se limita solo al contexto en el que trabajan, sino que las mujeres humanitarias también se enfrentan al riesgo de violencia y acoso sexual dentro de sus propias organizaciones y equipos sobre el terreno.

El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) también ha puesto en valor el papel de las trabajadoras humanitarias. "Su labor es particularmente importante en los lugares y los conflictos donde las mujeres y los niños son afectados en forma desproporcionada, ya sea porque pierden su hogar o su familia o porque sufren la amenaza o la realidad de la violencia sexual" ya que "brindan acceso vital a esas personas y comunidades", ha defendido en un comunicado.

LAS MUJERES HABLAN MEJOR CON MUJERES

"Para comprender lo que están atravesando las familias, hay que tener la capacidad de sentarse y hablar con las mujeres", explica la enfermera irlandesa Avril Patterson, quien trabaja actualmente en Yemen con el CICR y ha pasado la última década en zonas de conflicto y situaciones de emergencia, desde Liberia hasta Afganistán o Siria.

Para muchas mujeres en situaciones de emergencia, encontrarse con una mujer del otro lado facilita las cosas. "He podido ver que el hecho de ser mujer abre puertas. La gente quería venir a hablarme, confiaban en mí", subraya Valeska Martínez, una antropóloga forense que trabaja actualmente con el CICR en Georgia en casos de desaparecidos.

Una opinión que comparte la directora de actividades del CICR en África, Patricia Danzi. "Siempre he sentido que, en el terreno, ser mujer es una gran ventaja", asegura.

Cada vez son más las mujeres que ocupan puestos de responsabilidad tanto en la ONU como en las ONG a la hora de responder a emergencias humanitarias. "Como miembro de los altos cargos de la ONU mujeres y que ha trabajado en varios contextos de emergencia, la conmemoración de hoy es especialmente importante para mí", reconoce la coordinadora humanitaria de la ONU para Irak, Marta Ruedas.

"He visto de primera mano los sacrificios que los trabajadores humanitarios y las comunidades tienen que hacer para ayudar a las personas afectadas por las crisis en algunos de los lugares más peligrosos del mundo", añade la trabajadora humanitaria española.

Pero por norma general, quienes trabajan en las respuestas humanitarias suelen ser en su mayoría nacionales de los países afectados, movidos por su deseo de ayudar a sus conciudadanos. La Oficina de Coordinación Humanitaria de la ONU (OCHA) ha llevado a cabo una encuesta entre 1.000 mujeres humanitarias que trabajan en 115 países, a las que ha preguntado qué les ha movido a trabajar en el sector humanitario.

DESEO DE AYUDAR A LOS DEMÁS

El principal motivo es el deseo de contribuir a la humanidad (65 por ciento); seguido por la ilusión de ayudar a la gente (49 por ciento), y el compromiso con la justicia social (45 por ciento). El 78 por ciento de las encuestadas han dicho que prevén seguir trabajando en el sector.

Barbara es una de ellas. Trabaja como conductora de uno de los camiones del Programa Mundial de Alimentos (PMA) en República Centroafricana, país sumido en un conflicto desde hace casi seis años. "Siento que trabajando para el PMA me ayuda a contribuir en la reconstrucción de mi país", explica. "Es para mí la realización de un sueño".

Estas mujeres se convierten además en un modelo a seguir. "Ver a una mujer como Barbara al volante podría inspirar a otras jóvenes centroafricanas a romper el mito de que conducir es un trabajo de hombres", resalta Ngoubou Jos, un conductor congoleño que trabaja para ACNUR.

DÍA MUNDIAL DE LA ASISTENCIA HUMANITARIA

Desde hace 10 años, el 19 de agosto se celebra el Día Mundial de la Asistencia Humanitaria. La fecha recuerda el atentado registrado ese día en 2003 en la sede de Naciones Unidas, que se cobró la vida de 22 personas, entre ellas el máximo representante de la ONU en Irak, Sergio Vieira de Mello.

Desde entonces, según la ONU, más de 4.500 trabajadores humanitarios han sido asesinados, heridos, detenidos, agredidos o secuestrados mientras desempeñaban sus tareas, lo que supone cinco ataques por semana o casi un ataque por día.

En 2018 se produjeron un total de 405 víctimas, en 226 incidentes distintos que se saldaron con 131 muertos, 144 heridos y 130 secuestrados. En lo que va de 2019, unos 156 trabajadores humanitarios han sido atacados en el lugar de trabajo, con 57 muertos, 59 heridos y 40 secuestrados.

Sudán del Sur continúa en cabeza como país con el mayor número de ataques, con 111 víctimas en 2018, 16 de las cuales fallecieron. Alrededor del 93 por ciento de todos los ataques contra trabajadores humanitarios en 2018 se produjeron contra personal nacional.

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