LONDRES, 1 Dic. (Fundación Thomson Reuters/EP) -
Un grupo de mujeres yazidíes, una de las confesiones minoritarias en Irak, ha pedido este viernes incorporarse a un caso contra la compañía francesa Lafarge, a la que han acusado de financiar a los milicianos de Estado Islámico que las secuestraron y usaron como esclavas sexuales.
La compañía cementera está ya bajo investigación en Francia por supuestamente sobornar a las milicias yihadistas para mantener abierta una planta en el norte de Siria entre 2011 y 2014.
Las mujeres han presentado una solicitud para convertirse en partes civiles del caso, en lo que se trata de la primera vez que una empresa multinacional había sido acusada de complicidad en crímenes contra la humanidad y genocidio perpetrados por Estado Islámico.
"Esto nos brinda una oportunidad para que Estado Islámico, y todos quienes prestaron su ayuda, sean responsabilizados por sus crímenes y envía un mensaje importante a las corporaciones cómplices en la comisión de crímenes internacionales de que ellas también se enfrentarán a las consecuencias legales de sus actos", ha agregado la representante de las víctimas, Amal Clooney.
Los yazidíes son una secta religiosa cuyas creencias combinan elementos de las antiguas religiones de Oriente Próximo y son considerados por el Estado islámico como adoradores del diablo. En agosto de 2014, cerca de 7.000 mujeres y niñas fueron capturadas en el noroeste de Irak, donde fueron torturadas y violadas.
Lafarge, que se fusionó en 2015 con la empresa suiza de suministros de construcción Holcim, ha reconocido errores en el negocio sirio. "LafargeHolcim lamenta profundamente los errores inaceptables cometidos en Siria. La compañía continúa cooperando plenamente con las autoridades francesas", ha explicado un portavoz en comentarios enviados por correo electrónico a la Fundación Thomson Reuters.
La difícil situación de los yazidíes ha llamado la atención en los últimos años, especialmente desde que Clooney, con la ayuda de su marido, el actor George Clooney, comenzara a respaldar al grupo minoritario y se convirtiera en la asesora legal de la activista de los derechos de los yazidíes Nadia Murad, ganadora del Premio Nobel de la Paz de 2018.
