Nueve años después, la guerra de Siria sigue causando estragos

Niños desplazados en Idlib
Niños desplazados en Idlib - HFO PROJECT - Archivo

La ofensiva sobre Idlib, último bastión rebelde, amenaza con desatar una crisis humanitaria sin precedentes

Actualizado: domingo, 15 marzo 2020 11:23

MADRID, 15 Mar. (EUROPA PRESS) -

Cientos de miles de muertos, heridos y mutilados, millones de refugiados y desplazados, una generación de niños que ha crecido sin ir a la escuela y rodeada de violencia, infraestructuras como escuelas y hospitales destruidas... El conflicto en Siria cumple su noveno aniversario en un momento en el que la situación en la región de Idlib amenaza con convertirse en una crisis humanitaria de magnitudes épicas.

El régimen de Bashar al Assad controla ya buena parte del territorio, tras derrotar a Estado Islámico y desalojar a los rebeldes que se alzaron en armas contra él a partir de marzo de 2011, pero aún tiene que recuperar Idlib, último bastión rebelde y que actualmente controla la alianza Hayat Tahrir al Sham, de la que forma parte la antigua filial de Al Qaeda en Siria --el Frente al Nusra--.

Las fuerzas gubernamentales, con el apoyo de las milicias aliadas y sobre todo de Rusia, su gran valedor, inició el pasado abril una ofensiva militar que se ha recrudecido en los últimos meses y que ha ocasionado a su vez la intervención de Turquía, que ha enviado tropas al noroeste de Siria en apoyo a parte de los rebeldes.

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La presencia turca complicó aún más un tablero ya de por sí complicado, que a punto estuvo de ocasionar un conflicto directo entre Turquía y Siria. Finalmente, tras la muerte de más de 30 soldados turcos en un bombardeo el pasado 27 de octubre del que Ankara acusó a Damasco, y una respuesta turca en forma de bombardeos sobre objetivos del régimen sirio, Rusia intervino y el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, y su homólogo ruso, Vladimir Putin, pactaron un alto el fuego que por el momento se sostiene.

En Idlib residen unos 3,5 millones de personas, buena parte de ellas llegadas desde otros rincones de Siria huyendo del conflicto y que, en muchos de los casos, se han desplazado más de una vez. Según la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), la violencia ha remitido en gran medida desde el alto el fuego pero "las vastas necesidades humanitarias en la zona persistirán dados los prolongados efectos de la violencia y el desplazamiento" en esta región

CASI UN MILLÓN DE DESPLAZADOS

No en vano, el avance de las fuerzas gubernamentales ha provocado el desplazamiento de casi un millón de personas, de las cuales más de la mitad son niños, desbordando las previsiones de las organizaciones humanitarias, que tienen serios problemas para poder cubrir sus necesidades.

Los nuevos desplazados se han encontrado en gran medida sin un lugar en el que cobijarse ni un techo que poner sobre sus cabezas en medio de las gélidas temperaturas invernales y la nieve, lo que ha dejado algunos niños muertos de frío, según han denunciado las ONG. Tampoco tienen acceso a servicios básicos como la educación o la salud, lo que complica aún más su situación.

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Pero en el resto del país, la situación dista mucho de ser la ideal, a tenor de las cifras que ofrece la ONU. "Más de once millones de personas necesitan asistencia humanitaria inmediata, más de seis millones están desplazadas dentro del país y otros cinco millones de han visto forzadas a salir" de Siria, resume el secretario general adjunto de la ONU para Asuntos Humanitarios, Mark Lowcock.

Entre los 11 millones de sirios que requieren asistencia humanitaria, 4,8 millones son niños. Unos seis millones de niños han nacido en estos nueve años de conflicto, por lo que han crecido rodeados de violencia, caos y destrucción y en muchos de los casos sin poder recibir una educación adecuada. Según UNICEF, unos dos millones de niños no van a la escuela, aproximadamente un tercio de los menores en edad escolar.

Tampoco han recibido una alimentación adecuada. En la guerra en Siria la comida se ha convertido en arma de guerra en muchos de los momentos clave del conflicto, ya que el régimen de Al Assad ha recurrido al asedio como método para agotar los recursos de la población y obligarla a rendirse. Como resultado, las imágenes de niños en los huesos y claramente desnutridos en localidades como Madaya dieron la vuelta al mundo.

Las hostilidades han tenido igualmente un fuerte impacto tanto en las infraestructuras necesarias para la agricultura, como los canales de regadío o los almacenes, como en la propia mano de obra, ya que al desplazarse la población ha tenido que abandonar sus campos, que han quedado sin cultivar.

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OCHO MILLONES PASAN HAMBRE

Como resultado de ello, unos 8 millones de personas se encuentran en situación de inseguridad alimentaria, es decir, pasan hambre ya que carecen de acceso fiable y continuado a comida, una cifra que supone un 20 por ciento más que hace un año, según la OCHA. Además, se estima que en el país hay actualmente unos 500.000 niños con desnutrición crónica.

Por otra parte, como ocurre en todas las guerras, el acceso a la salud se ha visto seriamente comprometido, más en este caso en el que los centros de salud y hospitales han sido objetivo frecuente de ataques por todas las partes enfrentadas.

INSTALACIONES SANITARIAS ATACADAS

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), solo entre 2016 y 2019 ha habido un total de 494 ataques, de los que el 68 por ciento --337-- tuvieron lugar en el noroeste de Siria, en las zonas que aún no controla Damasco. El año 2016 fue el punto álgido, mientras que en 2019 fue cuando se registraron menos ataques, si bien el 82 por ciento tuvieron lugar en Idlib, Alepo y Hama.

En total, estos ataques contra la atención sanitaria se han cobrado la vida de 470 personas en este periodo, con 241 fallecidos solo en 2016 y 54 en 2019. Como en el caso del número de ataques, el 66 por ciento de las víctimas se produjeron en el noroeste --309--. Además, según la OMS, hubo 968 heridos.

Estos datos, subraya el director regional de emergencias de la OMS para el Mediterráneo Oriental, Richard Brennan, "son un nefasto testamento de una flagrante falta de respeto por el Derecho Internacional Humanitario y las vidas de los civiles y los trabajadores sanitarios".

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El noroeste de Siria es un "claro ejemplo" de cómo estos ataques impactan en el derecho a la salud de la población, añade. Actualmente, "solo la mitad de las 550 instalaciones de salud permanecen abiertas debido a la inseguridad, a los daños por ataques previos, a las amenazas de futuros ataques o a que las zonas aledañas han quedado completamente desiertas a medida que la población se ve obligada a abandonar sus hogares", resume.

En este panorama, el retorno tanto de los 6,1 millones de sirios que están desplazados dentro de las fronteras del país como de los 5,6 millones que las han cruzado --3,6 millones están en Turquía--, se antoja por el momento lejano, entre otras cosas porque muchos lo han perdido todo y la reconstrucción será un proyecto que llevará mucho tiempo.

NUEVE AÑOS DE ATROCIDADES

"Hemos presenciado nueve años de atrocidades, incluidos crímenes de guerra. Nueve años de abusos a gran escala de los derechos humanos y de forma sistemática, socavando las reglas internacionales hasta nuevas cotas de crueldad y sufrimiento", ha lamentado el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, en un mensaje por el décimo aniversario del conflicto.

"Mi mensaje de hoy es claro. No podemos permitir que el décimo año resulte en la misma carnicería, el mismo desprecio por los Derechos Humanos y el Derecho Internacional Humanitario, la misma inhumanidad", ha asegurado, defendiendo que no puede haber lugar para la "impunidad" por los "horribles crímenes" que se han cometido en Siria.