MADRID, 22 Ene. (EUROPA PRESS) -
Casi una veintena de ONG internacionales han reclamado este martes acceso sin restricciones al estado birmano de Rajine ante la nueva ola de desplazados que han provocado los últimos enfrentamientos entre los insurgentes del Ejército de Arakán y el Ejército birmano con el fin de poder hacer llegar asistencia a quienes la necesitan.
En un comunicado, Save the Children, Oxfam, World Vision y otras ONG han subrayado que los enfrentamientos, ataques y abusos han generado "miedo y ansiedad" entre los residentes y provocado el desplazamiento de unas 5.000 personas, al tiempo que han condenado la violencia y llamado a todas las partes de la contención.
El acceso humanitario está "gravemente restringido" en las cinco localidades donde se concentró la violencia y el desplazamiento, han denunciado las ONG, defendiendo que "sin un acceso efectivo y continuado, la capacidad de las organizaciones locales e internacionales de ofrecer asistencia vital" a los afectados en el centro y el norte de Rajine "se ve gravemente comprometida".
Aunque han elogiado el trabajo que están haciendo las organizaciones locales, el movimiento de la Cruz Roja y las otras agencias que trabajan en Rajine, han considerado que "esta respuesta no será suficiente para atender las necesidades humanitarias" de los 5.000 desplazados en Buthidaung, Kyauktaw, Ponnagyun y Rathedaung, dado que se espera "más enfrentamientos y desplazados".
Así las cosas, las ONG, entre las que también están CARE y el Consejo Noruego para los Refugiados (NRC), han expresado su disposición a apoyar a las comunidades afectadas por la violencia y "complementar los esfuerzos de respuesta".
En este sentido, han reiterado que se debería permitir a las ONG "acceso rápido, sin restricciones y sostenido a toda la población afectada con el fin de evaluar las necesidades y ofrecer asistencia integral y protección" a todas ellas, al tiempo que han advertido de que se deben abordar las causas en la raíz de la inseguridad y la violencia en Rajine.
Este estado birmano, fronterizo con Bangladesh, está poblado mayoritariamente por rohingyas, una minoría musulmana a la que no se reconoce la nacionalidad. Rajine ya fue escenario en agosto de 2017 de una campaña de represión tras los ataques de insurgentes rohingyas que provocó el éxodo de más de 700.000 de ellos hacia el país vecino, donde hay unos 900.000 refugiados rohingyas.
