El presidente de Kirguistán afirma que no dimitirá y reconoce su disposición a hablar con el nuevo gobierno

Actualizado: domingo, 11 abril 2010 15:42

JALALABAD (KIRGUISTÁN), 11 Abr. (Reuters/EP) -

El presidente de Kirguistán, Kurmanbek Bakiyev, afirmó este domingo que no dimitirá y que cualquier intento por terminar con su vida "ahogará en sangre a Kirguistán", según aseguró durante una entrevista concedida desde una posición sin revelar en su región natal, Jalalabad, en el sur del país.

Bakiyev también indicó que está dispuesto a mantener conversaciones con el nuevo autoproclamado gobierno del país, pero subrayó que no reconoce su legitimidad. Pidió igualmente que las fuerzas de paz de Naciones Unidas garanticen la paz en esta república centroasiática después de que su gobierno fuera derrocado la semana pasada, y negó que hubiese ordenado a las tropas disparar contra los manifestantes que había en las calles de la capital, Bishkek, el pasado 7 de abril.

"Aunque son un gobierno ilegítimo, vamos a sentarnos en la mesa de negociaciones", aseguró Bakiyev, que huyó de la capital después del derrocamiento del Gobierno kirguís y alertó de que cualquier intento de terminar con su vida tendría consecuencias sangrientas para esta república de 5,3 millones de personas que alberga bases militares rusas y estadounidenses.

"Me gustaría avisar a aquellos que me están buscando: no contratéis asesinos, porque esto sólo traerá una gran tragedia al país", aseveró. "Nos ahogaremos en sangre si optan por la eliminación física. Si usan la fuerza, las personas que me rodean no permitirán que eso suceda, lo que significará enfrentamientos sangrientos", aseguró.

Bakiyev, de 60 años, indicó que las fuerzas de paz de la ONU son necesarias para impedir un "caos continuo" en este estado muy pobre pero con una situación estratégica capital. "Las estructuras criminales han salido de las sombras. Están comenzando abiertamente a deambular con las armas en sus manos y está teniendo lugar de nuevo la redistribución de la propiedad, así como la incautación de los negocios privados", afirmó el presidente depuesto.

Al menos 81 personas han muerto durante las violentas protestas que se sucedieron en Bishkek y contra las que los soldados abrieron fuego contra una multitud de manifestantes de más de 5.000 personas. Bakiyev afirmó que no ordenó estos disparos y que sus soldados respondieron justo inmediatamente después de que un francotirador disparara contra su oficina.

"No he huido (del país) porque, en primer lugar, no me siento culpable", detalló, aunque añadió que si lamenta su incapacidad para haber impedido estas muertes. "Invito a una comisión independiente e internacional que investigue estos sucesos trágicos por que no puede haber ninguna confianza en todos estos organismos que han lanzado procedimientos criminales en mi contra", prosiguió. "Si esta comisión internacional encuentra al presidente culpable, estoy preparado para asumir una responsabilidad total ante mi país", concluyó.