El presidente de Malí reconoce por primera vez contactos con el líder de Al Qaeda en el Sahel

El presidente de Malí, Ibrahim Boubacar Keita
El presidente de Malí, Ibrahim Boubacar Keita - PRESIDENCIA DE MALÍ
Publicado: lunes, 10 febrero 2020 19:00

MADRID, 10 Feb. (EUROPA PRESS) -

El presidente de Malí, Ibrahim Boubacar Keita, ha reconocido por primera vez este lunes que su Gobierno está manteniendo contactos con el líder del Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM), Iyad ag Ghali, y con Amadou Koufa, el líder del Frente para la Liberación de Macina (FLM), uno de los componentes del grupo terrorista vinculado con Al Qaeda y que opera en el Sahel.

Hablar con los yihadistas y luchar contra el terrorismo "no son opuestos", ha sostenido. "Yo tengo el deber y la misión actual de crear todos los espacios posibles y de hacer todo lo posible para que, por una vía u otra, podamos lograr algún tipo de apaciguamiento posible", ha señalado en una entrevista concedida a France24 y RFI en los márgenes de la cumbre de líderes de la Unión Africana.

"El número de muertos en el Sahel se está convirtiendo en exponencial y creo que ha llegado el momento de que ciertas vías sean exploradas", ha sostenido el mandatario, confirmando así lo que desde hace semanas han venido especulando los medios malienses, que el Gobierno había entablado contactos con Ag Ghali y con Koufa.

Preguntado expresamente por si también estaría dispuesto a dialogar con el líder de ISGS, Adnan Abú Walid al Saharaui, ha dicho que "no hay nada excluido", subrayando que de lo que se trata es de "avanzar si es posible", aunque ha admitido que dada la movilización actual a nivel nacional e internacional en el Sahel "las posibilidades de que prospere esta vía son difíciles".

"NO SOY UN INGENUO"

Keita ha puesto como ejemplo el caso de Argelia, al tiempo que ha dejado claro que no es "ingenuo" respecto a las intenciones de los interlocutores y que "la idea de dialogar con Iyad ag Ghali y Koufa" no ha surgido de forma espontánea. "No somos unos grandes ingenuos" que piensan que sus gestionen tendrán consecuencias inmediatas, "pero tampoco somos personas obtusas", ha recalcado.

Keita ha reconocido que su país, pero también Burkina Faso y Níger, viven "una situación muy preocupante" ante los continuados ataques en los últimos meses por parte de los grupos terroristas, entre los que figura JNIM pero también Estado Islámico en el Gran Sáhara (ISGS), la filial en el Sahel del grupo terrorista. Así, se han constatado "ataques muy bien coordinados y ejecutados" y ha planteado que hasta la región han llegado "elementos expulsados desde Irak y Siria".

Todo ello, ha añadido, "nos obliga a ver qué es lo que en el dispositivo de seguridad no funciona muy bien y qué hace que seamos tan frágiles ante estos ataques" a pesar de "la movilización de fuerzas internas y de nuestros aliados".

SITUACIÓN EN MALÍ

Keita ordenó a finales de enero el lanzamiento de una nueva operación militar que tiene como objetivo restaurar la presencia del Estado en las regiones del norte y el centro del país, las más golpeadas por las acciones de los grupos yihadistas.

Bajo el nombre 'Maliko', la operación se vertebrará en dos teatros de operaciones, uno en el este, que cubre las regiones de Gao, Ménaka y Kidal, con cuartel general en la ciudad de Gao, y otro en el centro, con las regiones de Ségou, Mopti, Tombuctú y Taudénit como ámbito de actuación y base en Sévaré, la capital de Mopti.

Por su parte, el primer ministro, Boubou Cissé, anunció el próximo reclutamiento de 10.000 soldados para reforzar la presencia del Ejército en todo el país, en un momento en que los grupos yihadistas han intensificado sus acciones, dejando decenas de muertos en las últimas semanas.

Malí ha venido registrando en los últimos meses un número creciente de ataques yihadistas obra tanto de la filial de Al Qaeda en la región como de la de Estado Islámico, lo cual ha hecho además aumentar la violencia intercomunitaria y provocado el desplazamiento de decenas de miles de personas.

El último de los ataques de envergadura en el país, ocurrido el 26 de enero y que dejó 20 gendarmes muertos en Ségou (centro), fue reivindicado precisamente por JNIM, una alianza yihadista creada en marzo de 2017 y que aglutina a Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), al FLM de Koufa --un grupo autóctono de Malí--, así como Al Murabitún --liderado por el conocido yihadista argelino Mojtar Belmojtar-- y Ansar Dine, el grupo que comanda Ag Ghali, un histórico combatiente tuareg reconvertido en yihadista.

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