MOSCÚ, 3 Jun. (Reuters/EP) -
El Gobierno de Rusia ha advertido de que el rebrote de la violencia en el este de Ucrania obstaculiza una resolución diplomática del conflicto y ha culpado de los últimos ataques a las "provocaciones" de Kiev, que lleva más de un año combatiendo contra separatistas prorrusos.
El Ejecutivo ucraniano y los rebeldes acordaron un alto el fuego a mediados del pasado febrero en Minsk, pero desde entonces se han acusado mutuamente de violarlo. Casi a diario se informa de bajas en ambos bandos en distintos ataques y escaramuzas.
El Ejército de Ucrania ha acusado este miércoles a las fuerzas separatistas de reanudar su ofensiva contra la localidad de Maryinka, mientras que los rebeldes han asegurado que unos quince combatientes y civiles han muerto a consecuencia de enfrentamientos cerca de Donetsk.
Un portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, ha culpado a las "provocaciones" de las fuerzas leales a Kiev de estos nuevos casos. "En Moscú, estamos siguiendo muy de cerca y estamos profundamente preocupados con las acciones provocativas de las Fuerzas Armadas", ha denunciado.
Peskov ha subrayado la necesidad de aplicar de forma "incondicional" los acuerdos de febrero, algo en lo que también ha coincidido el ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov.
El jefe de la diplomacia rusa no ha señalado directamente a nadie como responsable, pero ha reprochado que "quienes están intentando agravar la situación militar" están obstaculizando "el progreso de las conversaciones en todos los aspectos clave políticos, económicos y humanitarios".
