BERLÍN, 27 May. (DPA/EP) -
La Embajada de Rusia en Berlín ha rechazado que los servicios secretos rusos estén implicados en el mayor ciberataque sufrido por el Parlamento alemán, ocurrido en 2015, dos semanas de que la propia canciller, Angela Merkel, señalase a Moscú por estos hechos.
Según Merkel, cuya oficina se vio afectada por la intromisión de los 'hackers', hay pruebas "sólidas" que vinculan a Rusia con este ataque. En concreto, las investigaciones de la Fiscalía habrían llevado hasta el servicio secreto militar ruso (GRU).
La Embajada rusa en la capital alemana ha descrito las acusaciones como "historia trillada y ha asegurado que las autoridades germanas se han negado a cooperar en las pesquisas. "Cuando Rusia aceptó discutir acerca de las preguntas que interesaban a nuestros socios alemanes (...) el tema dejó de ser interesante para Berlín", ha lamentado en un comunicado.
Para Moscú, se trata de una maniobra de distracción por parte de Berlín "en vista de la crisis provocada por el coronavirus y las dificultades políticas y económicas internas causadas por la pandemia". En este contexto, ha añadido la Embajada, "alguien creyó oportuno revelar una 'prueba' más de la amenaza rusa".
"Lamentamos que se dé preferencia al uso de medios de comunicación y a la 'diplomacia de megáfono' en lugar de a numerosas oportunidades de diálogo político, a canales diplomáticos, a la mutua cooperación entre los servicios o a la asistencia jurídica en materia penal", ha añadido.
