Seis datos sobre la mutilación genital femenina

Archivo - Un grupo de niñas asisten a aclase en Puntlandia, Somalia
Archivo - Un grupo de niñas asisten a aclase en Puntlandia, Somalia - WORLD VISION/LAMBERT COLEMAN - Archivo
Publicado: jueves, 6 febrero 2025 8:43

MADRID 6 Feb. (Por Sevil Omer, Comunicación World Vision USA) -

Cada año, millones de niñas se enfrentan a un procedimiento que altera sus vidas y que tiene sus raíces en tradiciones nocivas. La mutilación genital femenina (MGF) es más que una práctica: es una violación de los derechos humanos. Según el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), unos 200 millones de mujeres y niñas de todo el mundo han sido sometidas a esta práctica. Las nuevas estimaciones muestran un aumento del 15% en las supervivientes desde que se publicaron los últimos datos en 2016, lo que significa que 30 millones más han sido sometidas a la MGF.

Para poner fin a esta práctica, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) estableció el Día Internacional de Tolerancia Cero con la MGF, que se celebra anualmente el 6 de febrero. El Objetivo de Desarrollo Sostenible 5 de la ONU (igualdad de género) también pide que se intensifiquen los esfuerzos mundiales para poner fin a la MGF para 2030.

Estos son seis datos que debemos conocer sobre la mutilación genital femenina:

1. Definición: La MGF consiste en la extirpación parcial o total de los genitales externos femeninos y puede incluir otras lesiones de los órganos genitales por razones no médicas. Está reconocida internacionalmente como una violación de los derechos humanos y una forma de violencia de género. El procedimiento se lleva a cabo con mayor frecuencia en niñas entre el nacimiento y los 15 años y se conoce en algunas zonas como circuncisión femenina o ablación.

2. Las consecuencias de la MGF para niñas y mujeres son dolorosas y duraderas para la salud física, psicológica, sexual y reproductiva. A menudo practicada en condiciones insalubres y sin anestesia, puede causar dolor intenso, hemorragias e hinchazón que pueden obstruir la micción o la defecación. Complicaciones a largo plazo, como infecciones pélvicas crónicas, infecciones del tracto urinario y complicaciones en el parto de madres e hijos, así como trauma emocional y sufrimiento psicológico, como ansiedad, depresión y trastorno de estrés postraumático (TEPT). El procedimiento no ofrece ningún beneficio para la salud y no está aprobado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mayoría de los gobiernos ni las asociaciones médicas de prestigio.

Además, la carga económica que supone el tratamiento de las complicaciones causadas por la MGF es considerable: la OMS calcula un coste de 1.400 millones de dólares al año para los sistemas sanitarios.

3. La MGF se practica en todo el mundo y sigue vigente en al menos 30 países de África, Oriente Medio, Asia y América Latina. También persiste entre las poblaciones inmigrantes que viven en Europa Occidental, Norteamérica, Australia y Nueva Zelanda.

4. Por qué se sigue practicando: La MGF sigue practicándose debido a creencias culturales profundamente arraigadas y a la desigualdad de género. Aunque a la mayoría de las niñas y mujeres familiarizadas con esta práctica les gustaría que se acabara, se enfrentan a una inmensa presión social y cultural para que se conformen. En muchos países, simboliza el tránsito de una niña a su madurez y se considera esencial para poder casarse. Las madres, los padres, la familia extensa y los líderes de la comunidad pueden forzar la práctica para asegurar su aceptación.

5. La medicalización de la MGF no la hace segura ni para las niñas ni para las mujeres. Incluso cuando la realiza un profesional sanitario es una violación de los derechos humanos y de la ética médica. La ONU, la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia y muchas asociaciones médicas nacionales han rechazado esta práctica. La medicalización de la práctica está dando lugar a una tendencia alarmante: aproximadamente 1 de cada 4 niñas y mujeres se sometieron a la MGF por personal sanitario. La medicalización es especialmente común en Egipto, donde está prohibida pero sigue estando muy extendida.

6. Acabar con la MGF es posible: La mayoría de los países donde aún se practica han legislado contra ella. Sin embargo, las normas culturales y sociales deben cambiar.

Los esfuerzos de protección infantil de World Vision se centran en educar y capacitar a las comunidades para que rechacen la MGF. En Kenia, se han implementado programas como Ritos de iniciación alternativos, como una celebración de la mayoría de edad de una semana de duración que incluye formación sobre las prácticas nocivas de la mutilación genital femenina y el matrimonio infantil. Además, los chicos aprenden a tener una percepción más positiva de las chicas que no han sufrido la MGF, lo que abre un nuevo camino hacia el matrimonio y un cambio de actitudes.

El objetivo de la labor de protección infantil de World Vision es mantener a todos los niños a salvo de la explotación, el abuso y la violencia.

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