MOSUL, 17 Jul. (Reuters/EP) -
El sistema sanitario de la ciudad iraquí de Mosul sigue gravemente afectado y sus hospitales continúan en ruinas un año después de la expulsión del grupo yihadista Estado Islámico, según ha indicado este martes la organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras (MSF).
Las fuerzas gubernamentales de Irak se hicieron el año pasado con Mosul con la ayuda de la coalición internacional que encabeza Estados Unidos y de los peshmerga --las fuerzas de seguridad del Kurdistán iraquí--, pero 380.000 personas siguen desplazadas.
Los combates generaron ocho millones de toneladas de escombros, según el Consejo Noruego para los Refugiados, una de las organizaciones internacionales que ayuda en los esfuerzos de ayuda y rehabilitación.
Heman Nagarathm, jefe de la misión de MSF en Irak, ha detallado que nueve de los trece hospitales de la ciudad han sufrido daños, por lo que sólo mil de las 3.000 camas continúan disponibles.
"No hay suficientes instalaciones ni capacidad de camas", ha dicho, antes de destacar que los números actuales suponen la mitad del estándar mínimo internacional aceptable.
MSF ha detallado que en mayo recibió 3.557 casos en la sala de emergencias de su hospital en Mosul occidental, de los cuales el 95 por ciento se debían a condiciones de vida peligrosas, como la caída desde edificios dañados o el derrumbe de paredes y viviendas.
La mayoría de los heridos durante el conflicto necesitan cuidados de seguimiento tras ser intervenidos, y algunos de los cuales necesitan operaciones adicionales. "Mucha gente ha sido tratada durante el conflicto y aún requieren seguimiento y nuevas operaciones", ha dicho Nagarathm.
MSF abrió en abril una instalación de atención médica en un hospital de la zona oriental de Mosul para dar cobertura a personas heridas por traumatismos violentos o accidentales durante los enfrentamientos.
