MADRID 25 May. (EUROPA PRESS) -
El presidente de Líbano, Michel Suleiman, ha afirmado este viernes que el partido-milicia chií Hezbolá no debe permitir que el país sea arrastrado a un enfrentamiento sectario, ya sea dentro o fuera de las fronteras, en referencia a la participación de la formación en los combates en Siria y a los últimos enfrentamientos sectarios en la localidad de Trípoli.
"Los significados de la resistencia son más elevados (...) que caer en el sectarismo, ya sea en Siria o en Líbano", ha dicho Suleiman durante un acto en el Ministerio de Defensa para conmemorar los trece años de ocupación israelí en el sur del país.
En este sentido, ha valorado que Líbano "no ha cosechado los frutos de la liberación" y ha explicado que "se liberó el territorio, pero no las mentes". Suleiman ha subrayado que existe una "dependencia" y una mentalidad sectaria que sigue dañando al país.
"La liberación y la resistencia son fruto del noble pensamiento basado en el reconocimiento de las prácticas legales, constitucionales y democráticas", ha dicho, según ha informado el diario libanés 'The Daily Star'.
"¿Cómo puede una nación (como Líbano) dar un buen ejemplo de resistencia y sacrificio si, al mismo tiempo, promueve las diferencias sectarias?", se ha preguntado el presidente libanés.
Las tensiones sectarias se han incrementado en las últimas semanas a raíz de la participación de combatientes de Hezbolá del lado de las fuerzas de seguridad sirias en las batallas contra grupos opositores armados por el control de la ciudad siria de Qusair, ubicada cerca de la frontera común.
Los enfrentamientos entre residentes chiíes y suníes de Trípoli se han extendido durante los últimos cinco días y han dejado hasta el momento un balance de 18 muertos y más de un centenar de heridos.
Los esfuerzos de mediación para conseguir un alto el fuego entre los barrios rivales de Bab al Tabbaneh, de mayoría suní, y Jabal Mohsen, de mayoría chií, han fracasado hasta el momento.
Las enfrentamientos registrados en los últimos días entre residentes de ambos barrios suponen un nuevo rebrote de las tensiones entre ellos en torno a la crisis política en Siria.
Bab al Tabbaneh se ha convertido en uno de los focos de respaldo a los grupos opositores armados, mientras que Jabal Mohsen se ha situado del lado de Bashar al Assad, perteneciente a la comunidad alauí, una rama del chiísmo.
Desde el estallido de la crisis en el país árabe han fallecido más de 50 personas y varios cientos han resultado heridas en los enfrentamientos derivados de la situación en la localidad libanesa.
PAPEL DE HEZBOLÁ
Este mismo miércoles, el secretario general adjunto de Hezbolá, Naim Qassem, ha afirmado que su formación "no permanecerá indiferente frente al complot mundial contra Damasco". "Lo que está teniendo lugar en Siria forma parte de un método bien calculado destinado a destruir a la resistencia (a Israel)", ha sostenido.
Hezbolá ha mantenido durante el conflicto en Siria su apoyo al presidente y ha abogado públicamente por la resolución política del conflicto y por la introducción de reformas democráticas en el país.
Sin embargo, el vicepresidente del consejo ejecutivo del partido-milicia, Nabil Kauq, manifestó a finales de abril que la intervención de la formación en el conflicto sirio "es un deber nacional y moral para la defensa de los libaneses que residen en las localidades fronterizas".
A principios de mayo, el secretario general de la formación, Hasán Nasralá, reconoció por primera vez la presencia de combatientes de su formación en territorio sirio y aseguró que los rebeldes no tienen la capacidad militar necesaria para derrotar a todas las fuerzas que luchan por el Gobierno de Al Assad.
Nasralá hizo hincapié en que el objetivo que "no es solo eliminar a Siria del eje de la resistencia", sino también "destruir el Estado y la sociedad para convertir a Siria en un estado fallido que no pueda tomar sus decisiones sobre su petróleo, su gas y su fortuna".
Ante ello, el líder de Hezbolá advirtió de que los aliados de Siria en la región no permitirán que el país caiga "en las manos de los americanos, Israel y los extremistas".
El jueves, el Observatorio Sirio por los Derechos Humanos cifró en 104 el número de combatientes de Hezbolá fallecidos en los últimos meses en los combates registrados en las provincias sirias de Homs y Damasco.
La organización, con sede en Londres y una amplia red de informantes en el país árabe, indicó que 46 miembros del partido islamista han fallecido en los últimos cinco días en el marco de los combates registrados en Qusair.