MADRID, 30 (EUROPA PRESS)
Los talibán han procedido a liberar a otros 40 detenidos en la provincia de Kunduz, en el norte de Afganistán, en el marco del canje de prisioneros con el Gobierno afgano que contempla el acuerdo de paz firmado por Estados Unidos con el movimiento integrista fundado por el mulá Mohamed Omar.
El portavoz de la delegación política de los talibán en Qatar, Suhail Shahin, ha informado de la liberación de "40 prisioneros de las fuerzas afganas" en la región de Kunduz y ha justificado la decisión como un gesto para acelerar el proceso y "salvar vidas" ante la amenaza de la pandemia del coronavirus.
El Gobierno afgano y los talibán están llevando a cabo un proceso de canje de detenidos contemplado en el acuerdo de paz de Doha, firmado por los talibán con Estados Unidos el 29 de febrero, como paso previo a la apertura de una mesa de diálogo entre líderes afganos que impulse un proceso de paz.
A pesar de haber firmado el acuerdo de paz con Estados Unidos, los talibán han decidido mantener su campaña de ataques contra las fuerzas de seguridad afganas y se han negado a comprometerse con un alto el fuego, como ha pedido el Ejecutivo de Kabul, que no negoció ese intercambio de detenidos.
Hasta la fecha, el Gobierno de Afganistán ha liberado a unos 500 talibán pero los milicianos reclaman que cumpla con la entrega de 5.000 prisioneros a cambio de 1.000 detenidos de las fuerzas de seguridad, como contempla el pacto rubricado con Estados Unidos.
El Ejecutivo de Kabul ha intentado sin éxito vincular este proceso a la declaración de un alto el fuego y los talibán insisten en que el canje debe completarse primero porque consta en el acuerdo de Doha y es el paso previo al inicio del diálogo político.
En este sentido, el presidente afgano, Ashraf Ghani, ha hecho este jueves un nuevo llamamiento a los talibán para que declaren un alto el fuego durante el mes de Ramadán, algo que ya ha sido rechazado abiertamente por los insurgentes.
Ghani ha denunciado el atentado suicida perpetrado el miércoles en la capital, Kabul, que se saldó con tres muertos, y ha lamentado que "el enemigo del país haya causado muertos y heridos entre los inocentes", si bien los talibán no se han pronunciado sobre el ataque, según ha informado la agencia afgana de noticias Pajhwok.
Por otra parte, las fuerzas especiales afganas han informado de que sus militares mataron a trece milicianos talibán el martes en la provincia de Kandahar, en el sur del país. Los milicianos atacaron varios puestos de control a última hora del martes en el distrito de Shá Wali Kot y las fuerzas especiales respondieron al ataque, acabando con la vida de trece talibán.
Durante la jornada del miércoles murieron además cinco civiles por la explosión de una mina en la provincia de Ghazni, tal y como han confirmado este jueves las autoridades, tal y como ha recogido la cadena de televisión Tolo TV.
CRUCE DE ACUSACIONES
La Presidencia de Afganistán rechazó el lunes las acusaciones de los talibán por la falta de avances en el proceso de paz y recalcó que el incremento de los ataques de los insurgentes revela que no están comprometidos con una reducción de la violencia en el país.
Las palabras del portavoz presidencial, Sediq Sediqi, llegaron después de que los insurgentes acusaran al Ejecutivo de "crear obstáculos" para impedir progresos en un proceso de paz en el país y recalcaran que el grupo ha cumplido con su parte "de cara a la paz y al fin de las hostilidades".
Por su parte, la Misión de Asistencia de Naciones Unidas en el país centroasiático (UNAMA) denunció el lunes que más de 550 civiles han muerto, incluidos más de 150 niños, en el marco de la guerra de Afganistán en el primer trimestre de 2020.
El informe señala un "preocupante aumento de la violencia" en marzo, después de que los talibán firmaran con Estados Unidos el acuerdo de paz de Doha, que fija un calendario de retirada de tropas estadounidenses e internacionales pero no así un alto el fuego.
La materialización del intercambio de prisioneros sigue siendo el principal escollo para el inicio de las conversaciones entre líderes afganos, contemplado también en el acuerdo de paz de Doha, que estableció un calendario de retirada de las tropas estadounidenses e internacionales pero no un alto el fuego.