Actualizado: viernes, 14 julio 2017 5:33

MADRID, 14 Jul. (EUROPA PRESS) -

El presidente de Brasil, Michel Temer, ha sancionado este jueves, sin vetos, la Ley de Modernización del Trabajo, la polémica reforma laboral y primera que enmienda las normas laborales en siete décadas.

En un acto en el palacio presidencial, Temer ha garantizado que los derechos de los trabajadores quedan preservados con esta nueva legislación, con la que intenta sacar al país de la peor recesión de su historia.

"Este proyecto de ley es la síntesis de cómo actúa este Gobierno", ha explicado el mandatario, que actualmente se encuentra bajo el foco mediático después de haber sido acusado de corrupción pasiva.

"Como ya he dicho, el diálogo es esencial, pero también la responsabilidad social. Estamos preservando (con esta ley) todos los derechos de los trabajadores. La Constitución Federal así lo determina", ha agregado, según declaraciones recogidas por la Agencia Brasil.

Sin mencionar a nadie en concreto, Temer ha criticado la "disputa política" que se ha generado en torno a la legislación, señalando que lo que no se debatió fue el contenido. "Haríamos muy bien si hubiéramos discutido el contenido. Cuando la disputa sólo es ideológica o política es como si tuviésemos una venda en los ojos", ha lamentado.

La aprobación de la reforma, calificada por el Gobierno brasileño como una de sus prioridades, ha provocado numerosas protestas en el país, si bien Temer sigue considerándola como un "avance" y una "adaptación al siglo XXI".

El proyecto, que moderniza una ley de la década de 1940, fue aprobado por 50 votos a favor y 26 en contra. Los cambios reducen el margen para acciones legales en disputas laborales en la mayor economía de América Latina; el trabajo remoto pasará a estar regulado y las compañías tendrán más flexibilidad para definir horarios de trabajo y vacaciones.

La aprobación de la ley en el Senado --y ahora, su sanción-- no implica necesariamente que Temer tenga el respaldo necesario en la Cámara baja como para evitar una suspensión de su cargo este mes en caso de ser juzgado por corrupción, aunque sí es una muestra del apoyo de su coalición para sacar adelante su agenda económica, algo que los inversores ven como crucial para reflotar la actividad brasileña.

La mayor parte de las propuestas económicas de Temer siguen adelante pese a la crisis política. El mandatario fue acusado el mes pasado de aceptar millones de dólares en sobornos, pero la Cámara baja debe votar si permite que la corte suprema juzgue al líder conservador, que ha negado en repetidas ocasiones haber actuado mal y se niega a renunciar.

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