Túnez celebrará elecciones parlamentarias el 6 de octubre y presidenciales el 10 de noviembre

MADRID, 6 Mar. (EUROPA PRESS) -

La comisión electoral de Túnez ha anunciado este martes que las parlamentarias se celebrarán el 6 de octubre y que la primera ronda de las presidenciales tendrá lugar el 10 de noviembre, en los que serán los terceros comicios desde la caída de Zine el Abidine ben Alí a principios de 2011.

La Alta Autoridad Independiente para Elecciones (ISIE) ha detallado que, en caso de que ningún candidato se imponga en las presidenciales en primera vuelta, la segunda ronda tendrá lugar dos semanas después del anuncio de los resultados.

Así, ha recalcado que la fecha para la segunda vuelta será fijada inmediatamente después del anuncio, según ha recogido la agencia estatal tunecina de noticias, TAP. Hasta el momento nadie ha declarado su intención de presentarse a la Presidencia.

En el caso de las parlamentarias, está previsto que se trate de unas elecciones muy disputadas entre el islamista Ennahda, el secular Tahya Tounes del primer ministro, Yusef Chahed, y Nidaa Tounes, encabezado por Hafedh Caid Essebsi, hijo del presidente, Beyi Caid Essebsi.

Tahya Tounes (Larga Vida a Túnez) fue creado en enero por un grupo de políticos tunecinos que abandonaron las filas del gubernamental Nidaa Tounes en el marco de una importante crisis interna debido al papel que juega en el partido Hafedh Caid Essebsi.

En el marco de la misma, el partido vio reducida su representación parlamentaria de 86 a 44 debido al abandono de filas de numerosos miembros del partido. Entre los que abandonaron el partido estuvo Chahed.

El país norteafricano ha sido aclamado como el único éxito democrático de la Primavera Árabe porque las protestas prodemocráticas forzaron la salida del poder de Ben Alí en 2011 sin desencadenar en el tipo de convulsiones violentas en Siria y Libia.

Pero desde 2011, cerca de una decena de gobiernos no han podido resolver los problemas económicos del país, que incluyen la alta inflación y desempleo, y la impaciencia está aumentando entre los prestamistas, como el Fondo Monetario Internacional (FMI), que han mantenido al país a flote.