ESTAMBUL (TURQUIA), 18 (del corresponsal de EUROPA PRESS, Ildefonso González)
El candidato independiente asesinado ayer en Estambul, el empresario Tuncay Seyranlioglu, había sido amenazado de muerte la semana pasada por estafa en la venta de uno de sus negocios, según informó hoy la prensa local.
Los diarios 'Aksam' y 'Sabah' aseguraron que había recibido unas 100.000 liras (casi 57.000 euros) como depósito por la transacción de un salón de bodas de su propiedad. Sin embargo, el empresario aceptó después una oferta más suculenta de un comprador distinto, por lo que se produjo un enfrentamiento entre las partes.
Los secuaces del primer comprador se plantaron tres días antes del crimen en la oficina de Seyranlioglu, con un ramo de flores y reclamando la devolución íntegra del depósito. El empresario se negó, alegando que lo había invertido en la campaña para las elecciones legislativas del próximo domingo.
Según la prensa, las mismas personas que le visitaron habrían perpetrado el ataque. La noche del pasado lunes, dispararon un total de 15 balas contra el todoterreno en el que viajaban Seyranlioglu, el chófer, su secretario y un segundo asistente. El empresario falleció cuando era trasladado al hospital, mientras que el resto sufrieron heridas de distinta consideración y no se teme por su vida.
Los asaltantes incendiaron el vehículo desde el que abrieron fuego contra el todoterreno de Seyranlioglu y se dieron a la fuga con un jeep. Poco después, las fuerzas de seguridad detuvieron a tres personas: un antiguo socio del empresario, acusado de haber ordenado el asesinato, y otras dos personas. Ya por la tarde, arrestaron a otros siete individuos presuntamente implicados también en el crimen, señaló la agencia Anatolia.
Así, la muerte de Seyranlioglu habría sido un mero ajuste de cuentas sin relación alguna con las agresiones contra partidos políticos y candidatos que se están sucediendo durante los últimos días según se acerca la cita con las urnas. En Turquía, muchos ciudadanos acusados de fraude o corrupción se presentan a los comicios legislativos para ser elegidos como diputados y conseguir así la inmunidad parlamentaria.