BRUSELAS, 25 Abr. (EUROPA PRESS) -
Los ministros belgas de Interior y Justicia, Jan Jambon y Koen Geens, respectivamente, han defendido este lunes ante el Parlamento Europeo el trabajo de los servicios de Inteligencia y la gestión del Gobierno tras los atentados del pasado 22 de marzo en el aeropuerto y metro de Bruselas, al tiempo que han considerado "urgente" que el resto de estados miembros colaboren en el intercambio de información contra el yihadismo.
En una intervención conjunta ante la comisión de Libertades Civiles de la Eurocámara, los ministros han lamentado las críticas recibidas por el Gobierno de Charles Michel y la estigmatización de los servicios secretos y fuerzas de seguridad belgas.
Geens ha considerado un "insulto" que se haya acusado a Bélgica de haber cerrado los ojos ante el auge de la radicalización y ha lamentado el tono de algunas críticas, por las que "se podría llegar a pensar que el origen del terrorismo estaba en Bélgica".
Por su parte, Jambon ha recordado que la alerta por amenaza terrorista en el país se mantiene en el nivel 3 (de una escala de 4), porque el riesgo de atentado sigue siendo "grave".
Se teme la posibilidad de nuevos atentados, aunque no se sabe "dónde ni cuándo", ha añadido el titular de Interior, para después advertir de que la sociedad tiene que asumir que a partir de ahora "tendrá que pagar un precio más alto por la seguridad".
Jambon ha admitido que pudo haber "fallos" en el control de los elementos más radicalizados en la sociedad belga en los últimos años, pero ha insistido en la profesionalidad de los servicios a su cargo. "Los terroristas también son profesionales, muy bien formados, son máquinas de combate", se ha justificado.
ISLAM COMO ALIADO
Jambon ha aprovechado su comparecencia para salir al paso de la polémica creada en torno a unas declaraciones del ministro en las que aseguró que una parte "significativa" de la comunidad musulmana en Bruselas "bailó" para celebrar los atentados del 22M.
"Lo he dicho cientos de veces, creo que lo peor que se puede hacer es convertir el islam en nuestro enemigo. Hay cerca de 600.000 personas musulmanas en Bélgica y una aplastante mayoría comparte nuestros valores, aunque no nuestra religión", ha enfatizado.
Jambon ha abogado así por contar con esta comunidad como un "aliado" y trabajar para "identificar" a los terroristas y a las redes que les apoyan.
Sobre la misma cuestión, Geens ha dicho que "aunque no es grave, sí es una realidad" el hecho de que cada vez habrá más practicantes musulmanes en Europa que de la religión católica o protestante.
También ha evocado la "buena relación" de Bélgica con Marruecos, para después considerar que está "claro" que los marroquíes están "más cerca de la radicalización" que otras comunidades como la turca en Bruselas.