El presidente de Bielorrusia, Alexander Lukashenko - Europa Press/Contacto/Iranian Supreme Leader'S Off
MADRID, 25 Mar. (EUROPA PRESS) -
El Alto Representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell, ha declarado este sábado el completo apoyo de la Unión Europea a la población bielorrusa frente a la "brutal represión" que ejerce el presidente del país, Alexander Lukashenko, en un comunicado emitido con motivo del llamado Día de la Solidaridad con el país.
Esta declaración coincide con la celebración en el país del Día de la Libertad que conmemora la declaración de independencia bielorrusa en 1918 de su división entre Rusia, Prusia y Austria.
En su comunicado, Borrell lamenta el "significado particular" de las conmemoraciones de este año "el contexto de las crecientes represiones internas del régimen ilegítimo de Lukashenko y las continuas acciones para socavar la independencia y soberanía de Bielorrusia, sometiéndola a Rusia y colaborando con su agresión ilegal contra Ucrania".
El diplomático europeo denuncia una vez más "las manipuladas elecciones presidenciales de agosto de 2020" que desembocaron en la revalidación del mandato del presidente y que, desde entonces, "la situación de los derechos humanos en Bielorrusia ha seguido deteriorándose drásticamente".
"Decenas de miles de bielorrusos han sido arrestados por protestar pacíficamente o simplemente por expresar su opinión. Casi 1.500 de ellos son ahora presos políticos y cientos de organizaciones de la sociedad civil han sido reprimidas", añade Borrell.
"A pesar de esta larga lista de brutales represiones por parte del régimen de Lukashenko, el pueblo bielorruso sigue demostrando un coraje excepcional en la lucha por la libertad y sus derechos fundamentales", ha añadido.
"El pueblo bielorruso es una fuente de inspiración para todos nosotros y cuenta con el pleno apoyo de la Unión Europea. Continuaremos siendo solidarios y apoyando al pueblo bielorruso que lucha por una Bielorrusia libre, democrática e independiente", concluye Borrell.
