SANÁ, 21 Sep. (Reuters/EP) -
Al menos 50 personas han muerto a causa de los ataques aéreos efectuados este lunes por la coalición internacional liderada por Arabia Saudí contra las posiciones de los huthis en el norte de Yemen --su bastión-- y en Saná, según fuentes médicas.
El principal objetivo ha sido un complejo policial situado en el distrito de Al Shaghadreh, en la provincia de Hajjah, en el norte. Primero ha caído un misil y cuando las fuerzas de seguridad, los servicios de emergencia y los residentes locales comenzaban a llegar para prestar ayuda ha caído un segundo, matando a 30 personas.
En Saná, al menos 18 personas de una misma familia han muerto cuando un misil ha alcanzado su casa en el distrito de Al Hasabah. Los vecinos han explicado que aparentemente el cohete iba dirigido contra una casa cercana ocupada por los huthis.
Otras dos personas han perdido la vida en otro ataque aéreo contra una tercera casa en la misma zona de la capital yemení, de acuerdo con el testimonio de los servicios de emergencia.
Las tropas árabes también han atacado una fábrica de cemento en el distrito de Ibs, matando a tres pastores que se encontraban en los alrededores. En este caso, los trabajadores aún no habían llegado cuando se ha producido el bombardeo.
La ofensiva aérea de la coalición internacional se ha intensificado desde que los huthis lanzaran un misil tierra-tierra hace dos semanas contra la provincia de Marib, en el centro, con un saldo de 60 soldados muertos, la mayoría de Emiratos Árabes Unidos (EAU).
Las autoridades emiratíes ya advirtieron de que intentarían vengar a los uniformados fallecidos. La contraofensiva comenzó precisamente en Marib, que ya ha sido "asegurada" y ahora vive un ambiente de relativa calma, de acuerdo con las autoridades provinciales.
Por otro lado, en Taiz, en el centro de Yemen, ocho personas han muerto en un ataque con fuego de mortero llevado a cabo por los rebeldes chiíes contra un distrito controlado por los simpatizantes del Gobierno de Abdo Rabbu Mansur Hadi.
GUERRA YEMENÍ
Arabia Saudí asumió el 25 de marzo el liderazgo de la 'Operación Tormenta Definitiva', con la que, junto a otros nueve países de la región, tiene como intención declarada "repeler a las milicias huthis, Al Qaeda y el Estado Islámico" en Yemen.
Las monarquías del Golfo Pérsico temen que la influencia de Irán en la región se extienda con el ascenso de los huthis al poder, en medio de la inestabilidad generada por el conflicto iraquí y la guerra civil en Siria.
El presidente yemení había apelado directamente al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para que autorizara una intervención militar para frenar "la agresión de los huthis" contra su Gobierno, que tuvo que exiliarse en Riad.
La crisis política en Yemen, fruto de las disputas intestinas no resueltas con la caída del Gobierno de Alí Abdulá Salé, en 2011, se agravó el pasado mes de septiembre con la irrupción en Saná de los rebeldes chiíes.
Los huthis, que históricamente han reivindicado mayor autonomía para el norte de Yemen, llevaron a Hadi y su Gobierno a dimitir en bloque el pasado mes de enero, evidenciando así la pugna por el control de un país al borde de la guerra civil.
