Afganos en La Rioja un año después, del "estrés y la culpa" a una situación con "mayor serenidad"

   LOGROÑO, 20 Ago. (EUROPA PRESS) -

   Los afganos que llegaron hace un año a La Rioja tras la toma de poder de los talibanes lo hicieron "con mucho estrés, ansiedad" y, también, "culpa" por quienes se quedaron. Ahora, "viven con mayor serenidad", ha relatado a Europa Press la responsable de Atención al Inmigrante de Cruz Roja, Isabel Manzanos.

   El 25 de agosto del año pasado llegaron a La Rioja diecisiete personas afganas. Lo hicieron tras ser evacuadas de su país y atendidas en el dispositivo temporal habilitado por el Gobierno de España en la base de Torrejón de Ardoz, después de la caída de su país en manos de los talibanes.

   Llegaron para salvarse, en un momento "caótico", e intentan, un año después, rehacer su vida aprendiendo el idioma, formándose y buscando un empleo estable en un "espacio seguro" y con un "equipo volcado".

   De las tres familias que llegaron y se hizo cargo Cruz Roja, una tomó la decisión de irse a un tercer país y, en su lugar, vino una familia formada por una mujer con sus tres hijos pequeños.

   A estas familias que llegaron hace un año se unió, hace dos meses, una última familia que vino por su cuenta. En total, son diecinueve las personas afganas que están en La Rioja a cargo de esta entidad (cuatro familias).

   Ha explicado cómo el idioma sigue siendo "una barrera" y los empleos que consiguen con "esporádicos". Aún así, viven en sus propias viviendas, que alquilan apoyados de las ayudas que reciben dentro del programa de acogida.

   "Son familias que se han adaptado y están integrados en la comunidad, sobre todo los niños", ha relatado al tiempo que ha indicado cómo "en su día a día se va viendo cómo van avanzando".

   Hoy por hoy no han manifestado su intención de volver: "El miedo persiste". Tienen contacto con otros familiares que no han podido salir, y lo viven con "miedo" por quienes se quedaron en el país.

   Ven en Logroño una ciudad "segura" y los niños están escolarizados e "integrados" en cada centro escolar. De este modo, su intención es avanzar en su empleabilidad.

   Su salida del país fue "abrupta" y, cuando llegaron, precisaron de acompañamiento social y ayuda sicológica. Ahora están más "relajados", se ven "seguros".