LOGROÑO, 23 Ene. (EUROPA PRESS) -
Tener en cuenta las características de cada alumno, conocer sus puntos fuertes y débiles, sus fortalezas y amenazas y adaptarse a cada uno de ellos son las claves para poder realizar una educación personalizada -que no individualizada- con éxito y conseguir el máximo rendimiento de cada alumno dentro de un aula. Para ello, además, la implicación, el esfuerzo y el trabajo del profesor será el aspecto fundamental que permita ir hacia la educación del futuro donde "nadie se quede atrás".
Así lo ha explicado la profesora de UNIR, Rosa María Peris, en una entrevista a Europa Press en la que aboga por "conocer los ritmos, niveles y características de cada uno de los niños que conforman un aula para conseguir, en global, que cada uno dé lo mejor de sí mismo". Se acabó, entonces, "el mandar los mismos deberes y ejercicios a todos los alumnos" y comienza así una nueva forma de educar en la que todos puedan salir beneficiados.
Se trata, según sus palabras, de "contar con la misma base para todos los alumnos y, a partir de ahí y según cada alumno, ir hacia unos ejercicios u otros que les ayuden a superarse diariamente".
Con la educación personalizada, la profesora de los Grados de Maestro en Educación Infantil y Primaria de UNIR considera que el alumno estará "mucho mejor preparado" para afrontar su propio aprendizaje ya que se adaptará más a sus características personales. Aún así y como quiere dejar claro no hay que confundirlo con la educación individualizada o con una mera instrucción de aprendizaje como si fueran clases particulares hechas para un niño único y concreto.
En el caso de la educación personalizada, ha insistido, "no se apoya en concreto a un niño sino que, dentro de una unidad, se interfiere en todos los niños del aula".
RELACIONES Y HABILIDADES SOCIALES
En este tipo de educación -prosigue- "se tiene en cuenta la singularidad de cada alumno pero dentro de un conjunto, de un todo" por ello se tiene muy en cuenta la apertura, relaciones y habilidades sociales de manera que se trabaja también en el crecimiento personal y siempre "enfocándonos en que sean buenos en trabajos colaborativos porque, en definitiva, es lo que en un futuro se les pedirá en las empresas".
Es decir, se pretende "desarrollar a nuestros alumnos para que sepan trabajar en equipo y colaborar entre todos".
Se trata, por tanto, de "fomentar todos los aspectos, tanto a nivel académico y de rendimiento pero también de habilidades sociales. Una educación integral que abarca todos los ámbitos con el fin de enriquecer y sacar lo mejor de cada persona".
Un tipo de educación novedosa pero que, como ha explicado, cada vez está adquiriendo más fuerza tanto en colegios públicos como privados por sus beneficios latentes.
EL PROFESOR, CLAVE DE ESTA EDUCACIÓN
Además, la experta de UNIR ha reconocido que en este tipo de educación tiene mucha importancia el profesor así como su formación para poder llevarla a cabo. "A veces es verdad que las ratios en los centros educativos son elevados pero si un profesor sabe cómo hacerlo puede conseguirlo con éxito".
En este sentido, y como ejemplo, la profesora ha hablado de las vías de trabajo autónomo. "En la educación que hemos conocido, el profesor nos decía a todos los niños de la clase que para mañana teníamos que hacer los ejercicios, por ejemplo, de Matemáticas de la página 28 y eran los mismos para todos". Un sistema con el que, como ha reconocido, "cuando los hacíamos mientras uno todavía estaba acabando de leer el enunciado de un problema, otro ya había acabado dos ejercicios o incluso otro había acabado ya todas las cuentas... con ello lo único que conseguíamos es que unos niños se aburrieran, otros se quedasen atrás y otros incluso no supieran cómo hacerlos".
Es aquí cuando florecen las vías de trabajo autónomo con las que el profesor debe buscar actividades y ejercicios que complementen a esos primeros para continuar fomentando la ilusión por aprender del alumno. Tras unas primeras nociones y objetivos comunes para todos los niños que tienen que ser dominadas, a partir de ahí, y según cada uno, hay que apostar por seleccionar actividades o proponer tareas que permitan continuar aprendiendo.
Así los alumnos tienen la autonomía de "trabajar a su ritmo" y el profesor tiene "la certeza y la tranquilidad" de que todos están trabajando según sus fortalezas. Además cada uno es más responsable con sus deberes porque "sabe qué es lo que tiene que hacer".
Además, y como ha continuado, "también se deben proponer actividades que sean atractivas para evitar el aburrimiento y la pérdida de interés en alguna materia". En este sentido, ha apuntado, "en un aula hay niños de todo tipo y hay que sacarles el máximo rendimiento a cada uno de ellos en lo que sean fuertes".
"Es como cuando en primero de Primaria hay niños que, bien porque tienen hermanos o primos o porque son más inquietos, llegan y ya saben casi leer y escribir pero el maestro se empeña en enseñar a todos por igual, en que vaya haciendo los 'redondelitos' de la 'e' y la 'o'... pero lo cierto es que cuando pase un tiempo esos niños se aburrirán y desconectarán".
Por eso, insiste, "es fundamental tener conexión con ellos, conocerles y saber qué es lo que cada uno necesita".
"UNIR TRABAJO ESCOLAR Y VIDA COTIDIANA"
También, por ejemplo, la experta de UNIR aboga por incluir los aspectos aprendidos en clase en tu rutina diaria. "Unir el trabajo escolar con la vida cotidiana es un éxito asegurado porque los niños pueden ver para qué sirve lo que están haciendo en clase".
Por ejemplo, ha dicho, "cuando hablamos de cantidades de pesos, podemos ir al armario donde se guardan las conservas en casa, y pesarlas, conocer sus ingredientes, su valor... todo ello ayuda a que el niño se motive".
Finalmente, la profesora de la UNIR indica que, con este tipo de educación, la valoración final también cambia "porque no se puede medir a todos por el mismo ranking".
"El que puede dar más tiene que dar más y eso se debe ver reflejado. Se trata de resaltar siempre el rendimiento más que la cualificación, que también hay que decirla, pero teniendo en cuenta que no es lo único. No es lo mismo que un niño saque un 8 sin esfuerzo mientras que otro saque un 6 con mucho trabajo... todo ello hay que tenerlo en cuenta", ha finalizado.