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LOGROÑO, 6 Abr. (EUROPA PRESS) -
Mantener una memoria activa y cuidada -sobre todo en la edad adulta- es fundamental para proteger nuestro cuerpo del deterioro cognitivo o incluso de ciertas enfermedades. Ante ello la docente de UNIR, Clara Aurora Rodríguez López, aboga por desarrollar "unos buenos cuidados" porque, como indica, "la memoria es como un músculo, se fortalece con el uso y cuanto más la ejercitemos, nuestro cerebro estará más activo y, por lo tanto, nosotros también".
Rodríguez López pide así a la ciudadanía huir de la creencia de que la memoria "solo significa recordar datos" porque "va mucho más allá". La memoria es "la base del aprendizaje, de la toma de decisiones, de nuestra capacidad para planificarnos, de nuestra vida emocional... es mucho más que recordar información, es nuestra identidad y como tal la debemos cuidar".
Como ha querido reflexionar en una entrevista con Europa Press, fortalecer la memoria "es cuidar de quienes somos" por eso es "tan importante mantenerla activa desde que somos pequeños. Es decir, en todas las etapas de la vida" aunque, como reconoce, "sí que hay que darle un empujón especial en la vida adulta".
"Todas las etapas son importantes para cuidar la memoria pero de cara al envejecimiento mantenerla activa protege al cuerpo del deterioro cognitivo e incluso puede llegar a retrasar sintomatología propia de enfermedades neurodegenerativas como el alzheimer".
¿CÓMO PODEMOS CUIDAR LA MEMORIA?
Pero... ¿cómo se puede cuidar la memoria?. La profesora del Máster Universitario en Neuropsicología y Educación de UNIR explica que "no hay que hacer cosas extraordinarias, ni apuntarse a grandes cursos para activarla... hay cosas del día a día que nos ayudan. Simplemente necesitamos vivir nuestra vida de forma activa, de forma consciente, ser curiosos, conectados con las demás personas...".
"Hay actividades sencillas que nos pueden ayudar a que tengamos una memoria activa y es algo que muchos de nosotros hacemos todos los días como, por ejemplo, leer, escribir, debatir, conversar con personas, aprender cosas nuevas... pero siendo conscientes de ello. Se trata de saber qué nos llama la atención, qué nos inquieta, qué queremos hacer y dedicarnos a ello. Hay muchas cosas... cocina, música, idiomas... todo aquello que implique aprender cosas nuevas y estar ilusionado con ello nos permite activar nuestra memoria".
También apuesta por los juegos de mesa, de estrategia, incluso por los videojuegos "que son muy útiles para trabajar la función cognitiva y la memoria".
La docente no se olvida tampoco de la importancia del ejercicio físico "porque además mejora mucho la oxigenación cerebral". A ello se suman los siguientes consejos: "Dormir bien, mantener vínculos sociales, conversar, relacionarse... todo ello está directamente relacionado con la mejora de nuestra memoria".
MANTENER LA AUTONOMÍA LO "MÁXIMO POSIBLE"
Como reconoce Rodríguez López lo ideal es "no estar parados". Algo que se torna crucial en la edad adulta y, en este punto, quiere hacer una reflexión, sobre todo, para los hijos con padres mayores. "A veces, nosotros como hijos, vemos que cuando nuestros padres llegan a cierta edad pensamos que no pueden hacer ciertas cosas e intentamos facilitarles todo".
"Sabemos que la intención es buena pero caemos en el error de tratarles como si nuestros padres no pudieran. Queremos ayudarles o que no hagan esfuerzos excesivos a nivel físico o cognitivo pero a veces les perjudicamos porque, dentro de las posibilidades de cada persona, deben trabajar su autonomía".
Por ejemplo -explica- hay personas mayores a las que, por asegurarnos de que toman la medicación, "les ponemos un dispositivo de recordatorio que les dice que se la deben tomar a una hora concreta. Eso a nosotros nos da mucha seguridad pero en la práctica, si las personas mayores se acostumbran a ello y no lo recuerdan por si solos no trabajan su memoria, no estamos manteniendo su autonomía al máximo posible".
"SENTIDO VITAL"
En otro orden de asuntos, la experta de UNIR ve "muy positivo" que cada persona encuentre "su sentido vital". "Parece que cuando nos hacemos mayores y dejamos de trabajar hay muchas personas que se levantan por la mañana y no saben qué hacer... y esto incluso puede llegar a convertirse, en algunos casos, en depresión".
Por eso "aunque a veces parezca que es difícil hay que volver a encontrar ese sentido. Rediseñar la vida con pequeñas mejoras en los hábitos y no caer en la rutina. Hay estudios que demuestran que el deterioro cognitivo aparece antes en personas que no mantienen una plena autonomía o no mantienen el nivel de autonomía que podrían tener, comparado con personas que después de esa vida activa laboral, de cuidados de los hijos o de familiares, han mantenido su vida activa".
"Es verdad que la vida y las prioridades cambian. El proyecto de vida de una persona, a medida que vamos creciendo, va cambiando y esto todavía es mayor cuando una persona deja de trabajar y se jubila pero siempre tenemos que tener uno y, si no lo encontramos, hay que buscarlo porque está ahí".
MEMORIA Y USO DE LAS TECNOLOGÍAS
Finalmente recuerda que también las nuevas tecnologías pueden ser útiles para mantener activa la memoria. "Independientemente de la edad, las nuevas tecnologías no son malas, no perjudican la memoria a no ser que las usemos mal".
Por eso, expresa, "hay que saber cómo usamos las tecnologías. Pueden ser una muleta que nos ayude a organizar la información, a recordar algunos elementos, a reorganizar nuestra función cognitiva, nos puede ayudar a reorganizarnos... El problema viene cuando la tecnología sustituye a nuestros recursos cognitivos, eso sí que es un problema, especialmente en personas mayores. No pueden sustituir nuestra mente.