Acusado de matar a su mujer en 2008 dice que sólo recuerda que tenía un cuchillo en la mano minutos antes del crimen

Europa Press Madrid
Actualizado: jueves, 21 octubre 2010 20:47

MADRID 21 Oct. (EUROPA PRESS) -

El hombre acusado de matar a su mujer hace dos años en su casa de Villanueva de la Cañada ha afirmado hoy ante el juez que sólo recuerda que minutos antes del crimen tenía un cuchillo en la mano porque estaba "comiendo un aguacate".

En el juicio que se celebra esta semana en la Audiencia Provincial de Madrid, el supuesto autor del homicidio, Antonio S.C., de 68 años, ha señalado que el 23 de septiembre de 2008 acudió como normalmente hacía a la finca de su propiedad para dar de comer a los perros y allí se encontró horas más tarde con su mujer, Christine H.L., de origen alemán, con lo que no hablaba desde "hacía mucho tiempo".

Entonces, según su versión, empezaron una discusión en la cocina motivada porque al día siguiente tenían que presentarse a un juicio por la separación del matrimonio. Según ha explicado, ella le amenazó con quitarle sus propiedades.

"Yo le dije que cómo podíamos haber llegado a esta situación cuando habíamos acordado llegar el divorcio amistosamente. Le reproché que si me quería ver en la calle. Y ella me dijo que yo vería, que me las buscara", ha apuntado el acusado, que precisó que su esposa le comentó a continuación que a lo mejor se quedaba también sin su parcela "como escarmiento por cabezota".

En ese momento, Antonio señaló que se encontraba "frustrado, aislado y desilusionado" y que se dio cuenta que "había perdido todo en la vida", puesto que reveló que su hija había dejado de hablarle meses antes. Además, agregó que intuyó que lo que pretendía su mujer era denunciarlo para conseguir el alojamiento y, de hecho, indicó en varios momentos de su declaración que procuraba no mantener contacto con ella para que no tuviera motivos para que le denunciara.

Preguntado por el momento en sí de la muerte de Christine, su marido relató: "Tenía el cuchillo en la mano porque estaba comiendo un aguacate. No me acuerdo de más hasta que vi a los perros que iban hacia la cocina y ella estaba tirada en el suelo muerta, en medio de un charco de sangre. Entonces, mi reacción fue taparla con un plástico para que se acercaran los animales", ha indicado.

A continuación, según explicó, cogió el coche y se acercó a la comisaría de la Guardia Civil de Brunete "para pedir ayuda". "A los agentes les dije que venía de mi parcela, donde había discutido con mi mujer y estaba herida. Les pedí que fueran rápidamente", apuntó Antonio que, en cambio, negó que hubiera contado a la Guardia Civil que mató a su mujer.

Sobre la relación con la fallecida, el acusado manifestó que era "normal" con su esposa y que mantenían "las discusiones típicas de un matrimonio". No obstante, añadió que fue él el que pidió la separación a su esposa porque tenían ideas distintas sobre su vida tras la jubilación. "Le dije que quería separarse. No le sentó muy bien. Lloró. Queríamos cosas diferentes y planteamientos distintos. Seguíamos teniendo amistad hasta el único momento. Manteníamos relaciones esporádicas, pero dormíamos en camas diferentes", comentó.

Por otro lado, negó que humillara a su mujer durante los 40 años desde que habían iniciado la relación ni que la hubiera maltratado física o verbalmente antes. "Ella no tenía ataduras y yo trabajaba durante 12 horas. Nunca ha habido agresiones", aseguró el acusado, que llegó a decir que no consentía los malos tratos.

"PERSONA MAQUIAVÉLICA. NO DA PUNTADA SIN HILO"

La versión del presunto autor de los hechos fue desmentida por los testimonios de su hija y de los primeros guardias civiles que le trataron tras el asesinato. Según uno de los agentes, Antonio llegó y les dijo que tenía un problema grave, "que se había vuelto loco y que había apuñalado a su mujer".

Igualmente, relataron que el acusado llegó con la ropa limpia y se encontraba muy nervioso, tanto que llegó a llorar y a derrumbarse durante su confesión.

Por su parte, la hija del acusado y de la víctima, Natalia, aseguró que desde la infancia es consciente de malos tratos, primero físicos y luego psíquicos, concretamente desde la muerte de Ana Orantes en 1997, una caso que tuvo gran repercusión puesto que denunció los malos tratos en televisión.

"Desde entonces, como mi padre es una persona muy maquiavélica, lista y calculadora procuraba no dejar daños visibles y pasó al maltrato psicólogico. La tenía totalmente anulada. Mi madre era una persona muy culta, era enfermera de neonatos, oía música clásica, pero la había llegado hasta tal punto que pensaba que esto en una relación de pareja era lo normal. Era prácticamente incapaz de pensar por ella misma y por ello se le diagnosticó un trastorno disquímico por depresión aguda", apuntó.

Natalia ha afirmado que ha vivido los malos tratos físicos y psicológicos a pesar de que tiene lagunas de la infancia porque no quiere recordar "episodios traumáticos". Asimismo, ha señalado que su padre "no daba puntada sin hilo", y ha subrayado que le veía capaz de llegar a cometer el asesinato.

"Pensé que no lo haría por el castigo pero luego me di cuenta que dijo que con la edad que tenía no le iban a caer muchos años, que merecía la pena, haría su propia voluntad y seguría siendo el macho prepotente sobre la mujer", ha añadido.

La hija de la víctima apuntó que su madre nunca le denunció porque "tenía mucho miedo" y porque era una persona "muy buena" y no le quería perjudicar. "El día antes del asesinato fuimos a ver a la abogada matrimonialista. A estas alturas por fin había optado por posicionarme ante la violencia de género, pues ya no hay que cerrar los ojos, sino tomar una decisión. Ella nos dijo y también al hermano de mi padre que tenía muchísimo miedo y que si pudiera echar marcha atrás lo haría. Lo que nunca pensaba era que le iba a asesinar. Él tuvo que desplazarse más de 20 kilómetros porque sabía que estaba desprotegida. Yo limpié la sangre de mi madre y aquello fue una auténtica carnicería", relató.

Respecto a la demanda de divorcio, Natalia indicó que el reparto era "equitativo" porque "cuando no hay dinero lo único que se reparten son miserias". "Lo que él no quería era quedar con la pensión, que no era poca, porque no había cotizado mucho. Después de haber tenido aislada a mi madre durante 30 años en España sin dejarla tener un oficio remunerado, y sin posibilidad de una pensión, lo lógico era que se compartiese esa pensión, con acuerdos al 50 por ciento", dijo.

Además, acusó a su madre de "esquilmar las cuentas familiares". "De dedicó a llevarse los bienes gananciales, lo que demuestra que el que tenía intención de dejarla bajo un puente era él. Dijo que cuando se jubilara su vida iba a cambiar y mi madre iba a tener lo que se merecía, una mierda", ha apuntado.

Por último, la hija del acusado espera que sea condenado con la pena máxima y que el juez extienda una orden de alejamiento hacia ella porque cree que la siguiente personas contra la que irá su padre será ella. "De hecho mi padre me amenazó. Tengo miedo", ha concluido.

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