MADRID, 2 Feb. (EUROPA PRESS) -
Diez acusados por estafa mediante carta nigeriana que han declarado este martes en la Sala 4 de la Audiencia Provincial de Madrid han negado saber nada sobre dicho timo y han alegado que en los domicilios donde se produjeron las redadas únicamente dormían y que por ello no tienen conocimiento de las pruebas --ordenadores portátiles, móviles y recibos bancarios-- incautadas por la Policía.
Así lo han asegurado estos diez primeros imputados en declarar, a los que el Ministerio Fiscal acusa --junto a los más de 40 imputados restantes-- de estar organizados y de llevar a cabo la estafa mediante cartas enviadas alrededor del mundo. Se trataría de documentos falsificados en los que se decía que el destinatario de la misma había resultado ganador de un premio en la lotería española por valor de unos 600.000 euros. Para poder cobrar ese dinero tenían que ingresar primero los impuestos relativos a esa cantidad.
Así, según la Fiscalía, enviaron millones de cartas y unas cientos dieron con el objetivo. Los destinatarios de las cartas contactaron con unos números de teléfono por los que consiguieron que ingresaran ese dinero. Hubo gran cantidad de denuncias a la Interpol, que contactó con la Policía española para denunciar que había una "estafa masiva" alrededor del mundo.
El primer acusado que ha declarado ha afirmado que las cartas que encontró la Policía en su habitación del domicilio de la calle Málaga eran de una compañera de piso. Sin embargo, ha negado conocer qué había en otras habitaciones. A preguntas de su abogado, ha afirmado que trabajaba en Alcalá de Henares y que su jornada laboral era de 9 a 21 horas porque hacía "horas extra". Ha reconocido del mismo modo estar en posesión de dos cartillas bancarias cuando la Policía registró el domicilio.
El segundo acusado ha afirmado durante su declaración que él también vivía en el piso compartido de la calle Málaga. Ha negado conocer a más inquilinos del mismo piso, ya que cuando la Policía arrestó a otros acusados él "acababa de llegar". A preguntas de la defensa de uno de los acusados, ha indicado que solo conoce a uno de los imputados porque eran amigos con anterioridad al proceso judicial.
Sylvester E., otro de los acusados, ha señalado que él nunca recibió dinero de ningún otro país a través de transferencia bancaria. La fiscal ha indicado que hay "múltiples" transferencias internacionales "a su favor". El acusado ha afirmado que algún cliente le mandaba dinero de África porque él era el único locutorio en la zona de Fuenlabrada y quería ayudar a los familiares.
Del mismo modo, el acusado ha afirmado haber ingresado en dicha cuenta todos los ingresos percibidos en un locutorio de su propiedad. Ha negado estar en el domicilio de la calle Málaga cuando llegó la Policía a realizar el registro. Después se dirigió a su locutorio, donde estaba la Policía, quien le dijo que "no pasaba nada". Ha asegurado que la Policía incautó dinero y pasaportes que aseguraron se encontraban en su locutorio, aunque él no lo recuerda.
La fiscal ha dicho al acusado que de los sobre incautados por la Policía en el locutorio, algunos sellos portaban la imagen de 'Euromillón Internacional' de la calle Málaga. Él ha asegurado que sí venden en el locutorio sellos y sobres, pero no se ha referido a ese sello en cuestión. Además ha indicado que el dinero incautado por la Policía en el locutorio es de su "negocio".
El acusado ha negado que un teléfono móvil que le requisó la Policía sirviera para realizar una estafa tal y como le ha indicado la fiscal. Además ha dicho que "solo" ha enviado cartas a su familia nigeriana. Su abogado le ha mostrado los teléfonos de los presuntos estafados por las cartas, pero el acusado ha negado conocer tanto los números como sus dueños.
El cuarto acusado ha negado vivir en la calle Málaga, y al ser preguntado por su actuación al ser detenido por la Policía en la plaza Nicaragua ha indicado que dormía allí de lunes a jueves por motivos laborales. La fiscal le ha dicho que allí la Policía encontró facturas de teléfono, pero él ha indicado que no eran suyas, sino del propietario de la vivienda. También ha negado tener conocimiento sobre el dinero que la Policía encontró en el salón de dicho domicilio.
A preguntas de su letrada, ha reconocido que avisaron a la Policía de que ese no era su piso, sino de Joseph Smith, a quien vio la noche antes de que fuera arrestado. Desde entonces no ha sabido nada de él, ya que su vida se limita "a trabajo y casa".
El siguiente acusado en declarar ha negado tener conocimiento de que hubiere teléfonos móviles o tarjetas de residencia de ciudadanos nigerianos en el domicilio donde vivía. Ha apuntado que "a lo mejor" se dejaron dichas tarjetas así como tarjetas de crédito varias personas que acudieron la noche anterior al arresto a ver un partido de fútbol por televisión. Ha afirmado tener familia en Austria y Viena, y por eso tenía resguardos de esos países en los que constaban ingresos financieros.
El sexto de los acusados en declarar ha admitido haber sido detenido en el domicilio de la plaza Nicaragua, ya que dormía en el salón de dicho piso. A preguntas de la fiscal, ha indicado que no había ningún teléfono en el salón y que él solo tenía un teléfono móvil.
Otro de los acusados ha afirmado haber sido detenido en el domicilio en el que vivía, a pesar de no ser el propietario del piso donde la Policía encontró diversa documentación que él ha negado reconocer: un resguardo de ingresos en el BBVA por valor de 73.000 euros, un USB u ordenadores portátiles. Los tres últimos acusados han seguido la máxima de los anteriores, y han negado saber qué portátiles y teléfonos móviles incautó la Policía.
"CAUSA COMPLEJA"
Según han informado fuentes jurídicas, el caso lo llevó en un principio el Juzgado de Instrucción número 10 de Madrid y se inhibió a la Audiencia Nacional para que lo tramitara un juzgado de instrucción central. Finalmente, el Supremo resolvió el conflicto de competencias, y el procedimiento continuó por el cauce de la Justicia ordinaria dado que Instrucción 10 era el órgano que había realizado toda la instrucción.
Recientemente, se intentó llegar a una conformidad en una sesión con todas las partes presentes en el procedimiento, pero la Fiscalía no se adhirió al acuerdo.
Se trata de una "causa compleja" con un auto de más de 50.000 folios, vídeo conferencias en muchos idiomas -cerradas con ocho países africanos-- y "al menos" 38 comisiones rogatorias.
Delitos: Asociación Ilícita, falsificación en documento oficial y comercial y estafa continuada.
Además, la sala 4 de la Audiencia Provincial de Madrid ha sido acondicionada para este macrojuicio, que se prevé finalice a comienzos de abril, y se ha instalado una cabina de traducción con dos intérpretes que traducen del inglés al español y viceversa. La tercera sesión del juicio continúa este miércoles a las 10 horas.