Condenado a 22 años de cárcel por matar a su casera después de que rechazara tener más que una amistad

Audiencia de Madrid
Audiencia de Madrid - EUROPA PRESS - Archivo
Publicado: jueves, 12 septiembre 2019 12:14

El hombre propinó a la mujer numerosas puñaladas y la golpeó la cabeza hasta morir

MADRID, 12 Sep. (EUROPA PRESS) -

La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a veintidós años de cárcel a un hombre por asesinar en octubre de 2017 a puñaladas a la mujer que le alquilaba una habitación, un crimen que se produjo debido a que la víctima le rechazó y no quiso que su relación fuera más allá de algo amistoso.

Así consta en una sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, en la que se condena a Antonio F.A. como autor de un delito de asesinato alevoso y ejecutado con ensañamiento y concurriendo la circunstancia modificativa de la responsabilidad criminal atenuante de confesión.

En el juicio el procesado admitió los hechos, que se produjeron en un piso situado en el distrito de Ciudad Lineal. La Fiscalía de Madrid solicitó una condena de 25 años de cárcel por un delito de asesinato consumado.

El acusado vivía desde 2016 en una habitación que le tenía alquilada la víctima, de 60 años, y surgió "una relación de amistad". Los problemas arrancaron cuando la mujer alquiló la mitad de la habitación a otro inquilino.

La fallecida se dirigió el 1 de octubre de 2017 a la habitación del acusado en donde se encontraba éste para pedirle que abandonara la vivienda a raíz de sus discusiones.

"Estando ayudando Armida a recoger los citados enseres, el acusado acudió a la cocina de la casa y se hizo con un cuchillo. Una vez entra en la habitación, de manera rápida, sorpresiva, e inopinada se abalanzó sobre Armida M. G., y con ánimo de causarle la muerte, le asestó repetidas cuchilladas por todo el cuerpo", relata la sentencia.

Fue entonces cuando uno de los moradores de la vivienda acudió a la habitación, y reduciendo a Antonio F. Andrés, arrebatándole el cuchillo de las manos y dejando el cuchillo en un lugar cercano pero en una habitación distinta de donde ocurrieron los hechos.

A pesar de la agresión descrita, "Armida permanecía con vida y el acusado con el mismo ánimo de causarle mayor daño, cogió un plato de cerámica o de porcelana continuando la agresión contra la citada que se encontraba en el suelo tumbada bocabajo, golpeándola repetidamente con el plato en la parte posterior del cuello y en el dorso". A consecuencia de la puñaladas y los golpes, la mujer murió.

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