MADRID 1 Mar. (EUROPA PRESS) -
El Juzgado de Primera Instancia nº 42 de Madrid ha condenado al cirujano de una clínica privada a indemnizar con 130.000 euros a un paciente al que operó de pieloplastia (cirugía plástica de la pelvis renal) sin un consentimiento informado, lo que ya de por sí se considera una "vulneración de la 'lex artis' y constituye un acto clínico más".
Así se desprende de la sentencia tramitada por los Servicios Jurídicos de la Asociación El Defensor del Paciente, a la que ha tenido acceso Europa Press, y en la que se establece que ha existido una falta de Consentimiento Informado y una falta de medios por parte del médico que desconocía las limitaciones de la clínica privada.
La indemnización para el paciente operado, según reza la sentencia, es por los "perjuicios ocasionados de índole estética, funcional y anatómico y psíquica" sin que se puedan incluir "daños morales", pues se entiende que éstos están incluidos en los anteriores conceptos.
El paciente, D. P. P., de 34 años en la actualidad, fue sometido en una clínica de Madrid el día 16 de junio de 2007 a una pieloplastia por presentar una estenosis pieloureteral derecha congénita por situación fibrosa de las fibras musculares lisas, que se hizo sintomática tras un periodo de intenso ejercicio físico prolongado.
La función renal estaba conservada pese a una importante dilatación pilocalicial. Según explican desde la Asociación, debía haberse intentado un tratamiento quirúrgico conservador previo a la indicación de pieloplastia de Anderson Hynes, más acorde con el desarrollo actual de la especialidad, en especial en los ingresos por Urgencias previos a cirugía.
Sin embargo, no se realizó, ni verbal ni por escrito, suficiente consentimiento informado de las sucesivas intervenciones que le fueron realizadas. "No consta en su historia clínica que existiera un consentimiento verbal ni que el paciente firmara un consentimiento informado específico y personalizado de la primera intervención que se practicó ni de las demás, especialmente de la ureteroscopia y ureterotomía", indica la sentencia.
La cirugía no fue correcta, perforándose el uréter a nivel de los vasos iliacos durante la implantación del catéter doble. El paciente sufrió una anemia injustificable para una correcta realización de la técnica. Además, según detalla la sentencia, no se evidenció con certeza, durante el acto quirúrgico, la posición correcta en vejiga del catéter.
La Asociación recuerda que tampoco se realizaron las técnicas diagnósticas para evidenciar dicho error, ni las técnicas 'ad hoc' para solucionarlo, practicándose una laparotomía con intentos de recanalización del uréter que terminaron en cistostomía y traumatismo del meato ureteral.
Finalmente se dejó al paciente sin catéter, con hidronefrosis progresiva y fístula ureteroperitoneal, que el doctor no fue capaz de solucionar, evacuando, eso sí, al paciente a un servicio público donde sí le aplicaron las técnicas diagnosticas y terapéuticas apropiadas.
Ante la carencia de medios acreditada por el doctor, éste debía haberse inhibido en el tratamiento de D. P. P. y haberlo remitido a otros servicios públicos o privados que habrían solucionado con más medios y arte la dolencia del paciente.