MADRID, 5 May. (EUROPA PRESS) -
La dimisión del jefe de servicio de la UCI Pediátrica del Hospital Gregorio Marañón, Ángel Carrillo, es "irrevocable" y su equipo insiste en que sí que se han producido "injerencias" por parte de la dirección del hospital en decisiones donde se debería haber tenido en cuenta la opinión clínica de los profesionales.
Así lo ha expresado el doctor Jesús López-Herce, en representación de todo el equipo de la UCI pediátrica, formada por médicos, y profesionales de enfermería y auxiliar de enfermería, y en respuesta a las últimas declaraciones del consejero de Sanidad, Jesús Sánchez Martos, que ha vuelto a pedir a Carrillo que reconsidere su decisión.
El doctor ha explicado que la dimisión de Carrillo no es un tema nuevo sino que la presentó hace tiempo, aunque la Consejería no la ha aceptado hasta ahora y ha asegurado que es irrevocable, y que ya se lo ha "dejado claro" al consejero, tanto ayer como esta misma mañana. Otra cosa es, ha concretado, que el hasta ahora jefe del servicio esté dispuesto a hablar con el consejero con una actitud "abierta a colaborar y exponer todos los datos" que sean necesarios.
Sobre estos datos, el doctor ha explicado que los tienen tanto en la Gerencia del hospital como en la Consejería de Sanidad, donde los han presentado por los cauces establecidos, el registro. Y los tienen, según ha dicho, desde hace "mucho tiempo". "Ahora quieren hacer un grupo de trabajo para analizar situaciones que ya están analizadas desde hace tiempo", ha dicho.
El doctor se ha referido a casos de pacientes con patologías médicas que no se están tratando en el centro por falta de recursos y que se están derivando a otros centros, o pacientes graves a los no se les está atendiendo. "Nuestro objetivo es mantener la máxima calidad en la atención de los pacientes en la sanidad pública, y en concreto, en el Marañón", ha defendido.
Por otro lado, López-Herce ha indicado que la declaración del consejero sobre que no ha habido injerencias por parte de la dirección es "inexacta" porque sí que las ha habido y la última, ha dicho, ha sido el "detonante" de esta situación.
Como ha explicado, se trata del caso de la intervención de un paciente con una cirugía programada. Los profesionales médicos pidieron que no se realizara porque sólo estaba libre la cama de emergencias y sí se llevaba a cabo la cirugía, se quedaba bloqueada la unidad. Pese a la opinión clínica, ha señalado el doctor, se llevó a cabo la operación "poniendo en riesgo al resto de pacientes".
"Estas injerencias no pueden darse porque las decisiones clínicas las tienen que dar los profesionales clínicos, los expertos somos nosotros, estas injerencias van en contra y ponen en riesgo a los pacientes", ha concluido.
