MADRID, 17 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Fiscalía de Madrid mantuvo hoy la solicitud de condena de 20 años de prisión por un delito de asesinato, con la agravante de parentesco, para el acusado de quemar viva a su novia el 22 de enero de 2008 en un descampado de Alcalá de Henares.
En la última sesión del juicio, la fiscal elevó a definitiva su acusación al considerar que existen pruebas suficientes que acreditan la autoría de Constantin V. en el crimen de Alexandra Brezeanu, con quien llevaba saliendo sólo tres meses. Además, solicitó como indemnización 120.000 euros para el padre de la víctima y de 80.000 euros para su hermana.
En su informe, la fiscal recordó que, cuando el procesado llamó al 112, confesó haber sido el autor del asesinato, si bien se retractó de su inculpación durante la instrucción. "Yo he matado a la chica", dijo entonces el procesado en su llamada a la Policía. Esta llamada se produjo veinte minutos después de que supuestamente prendiera fuego al cuerpo de la mujer.
Durante la instrucción, el procesado negó haber cometido el crimen, manteniendo la tesis de que la chica se suicidó después de que éste le comentara su intención de volver con su ex pareja. De hecho, llegó a declarar que "no la quería tanto como para matarla".
Por esta razón, la representante del Ministerio Público se mostró contraria a apreciar en su calificación jurídica la atenuante de arrepentimiento espontánea. Además, recalcó que el supuesto agresor tenía ánimo de matar porque "trató de asegurar su muerte rociándola con casi cinco litros de gasolina en un descampado".
"ACCIÓN COBARDE"
"Se trató de una acción cobarde por medio de un instrumento para garantizar su muerte, aprovechándose de la indefensión de la víctima", aseveró la fiscal, quien reclamó al jurado popular que enjuicia los hechos un veredicto de culpabilidad.
De igual modo, la Abogacía del Estado reclamó que se le condene a 20 años de cárcel por un delito de asesinato consumado, cualificado por alevosía en el artículo 139.1ª del Código Penal. Por su parte, la acusación particular pidió que se le pene con 25 años de cárcel por asesinato con alevosía y ensañamiento, solicitando 400.000 euros para el padre de la fallecida y 200.000 euros para su hermana.
Además, la defensa del acusado, el abogado Diego Cuellar, solicitó su libre absolución al defender que la víctima se quemó a lo bonzo tras discutir con su cliente. No obstante, el letrado planteó como alternativa subsidiaria la posibilidad de que los hechos sean constitutivos de un delito de homicidio, con la atenuante de confesión a las autoridades públicas antes del inicio del procedimiento judicial.
NUNCA INTENTÓ SUICIDARSE
En la sesión de ayer, la hermana de Alexandra desmintió que intentara suicidarse en dos ocasiones con la ingesta de pastillas, en contra de la versión que sostiene el acusado. "Nunca intentó quitarse la vida ni en Rumanía ni en Alcalá. Era una persona normal, con un carácter alegre y nada depresivo. Él trataba de controlarla todo el rato", manifestó.
Tras testificar la hermana, la Sala inició la prueba pericial con la declaración de las forenses que procedieron al levantamiento del cuerpo. Al tiempo que exponían los informes forenses, se proyectaron las fotografías del cadáver desfigurado de la víctima para ilustrar al tribunal del jurado sobre lo ocurrido.
Durante el visionado, el acusado no apartó la mirada de la cara de la hermana de la víctima, llegando a llorar en algún momento. Pese a que la recomendaron que saliera de la sala por la dureza de las imágenes, la hermana de Alexandra optó por contemplar las fotografías entre sollozos desde el fondo de la sala.
Las forenses expusieron que el cadáver calcinado de la mujer presentaba livideces, contusiones, erosiones y excoriaciones en rodillas y tobillos, indicando lesiones de arrastre. Además, presentaba un hematoma en el tórax que se descubrió con la apertura del cadáver.
Según las expertas, la víctima falleció por un shock traumático por hipertermia y carbonización. Además, murió quemada viva, ya que presentaba partículas negras en la traquea como consecuencia de respirar el humo. El cuerpo presentaba quemaduras con despegamiento cutáneo en un 50 por cierto de la superficie corporal.
UN SUICIDIO
En su declaración, Constantin V. manifestó el pasado jueves que "Alexandra se roció de gasolina" al quitarle una bolsa que llevaba en el coche para cargar de combustible otro vehículo y "se prendió fuego" con un mechero, negando haber sido el autor de su muerte.
"Pensé que sólo quería asustarme. No me imaginaba que se iba a prender fuego. Me parecía absurdo que hiciera eso", aseguró el acusado.
A preguntas de la fiscal, el procesado explicó que su novia le llamó el 22 de enero de 2008 para que le llevará a casa de un amiga para que quedarse sola en casa. La recogió en el portal y se dirigieron a una gasolinera para comprar una bolsa de gasolina para cargar otro vehículo.
VEHÍCULO ABANDONADO
"Tenía que echar gasolina a un vehículo que tenía abandonado en San Fernando de Henares. Yo compré la bolsa, sin imaginar lo que iba a pasar veinte minutos más tarde", indicó. De camino a casa de la amiga de la víctima, ésta le comentó que parara en un descampado en el Camino Viejo de Camarma de Alcalá para hablar acerca de un mensaje que le había mandado la ex novia de Constantin V.
"Estuvimos hablando. Le dije que quería volver con mi ex novia. Al oír estas palabras, salió del coche y cogió la bolsa de gasolina", narró. "Me amenazó con prenderse fuego, pero yo no la creí. La dije; 'Préndete fuego', sin pensar que lo iba a hacer", contó.
"Intenté quitarle la bolsa, pero en ese momento Alexandra se roció de gasolina y se prendió fuego con un mechero. Se derramó la gasolina por la cabeza. Salté hacia ella para intentar a pagar el fuego", relató.
Frente a su versión, la fiscal sostiene que el procesado la sacó a la fuerza del vehículo, la tiró al suelo y arrastró, para a continuación rociarle con la gasolina que había adquirido y prenderle fuego con un mechero.
De inmediato, las llamas abrasaron el cuerpo de Alexandra, provocándole un shock traumático por hipertermia y carbonización, lo que le causó la muerte inmediata.
Acto seguido, el procesado abandonó el lugar a toda prisa en el vehículo mientras el cuerpo de Alexandra todavía ardía, lo estacionó en las inmediaciones de un centro comercial y poco después fue detenido por funcionarios del Cuerpo Nacional de Policía.