MADRID, 16 Jul. (EUROPA PRESS) -
La Comunidad de Madrid despliega diferentes actuaciones, como inspecciones y análisis, para minimizar el riesgo de reacciones alérgicas en ciudadanos sensibles a algún tipo de alimento, dado que actualmente el 7,4 por ciento de la población de la región (medio millón de madrileños) padecen alguna alergia de esta clase.
Para ello se promueven inspecciones y análisis de productos de cara a certificar que los etiquetados de los alimentos declaren la presencia de alérgenos. Junto a ello se promueven guías a las empresas sobre pautas para verificar que sus productos están controlados y etiquetados correctamente.
Precisamente este miércoles la viceconsejera de Ordenación Sanitaria e Infraestructuras, Belén Prado, ha visitado el laboratorio de AENOR, que analiza en virtud de un convenio diferentes alimentos commercializados para determinar la ausencia de alérgenos no identificados en el etiquetado.
En dicha visita ha podido comprobar todo el mecanismo de análisis de los alimentos acompañado por el director general de AENOR, Avelino Brito, y la directora de la Asociación Madrileña de Alergias Alimentarias, Violeta Jauregui.
Este laboratorio realizó el año pasado 102 análisis específicos para la detección de alérgenos en productos remitidos por la asociación, que se suman a los 2.424 realizados por los inspectores de la Dirección General de Ordenación e Inspección para determinar posibles peligros químicos o biológicos.
Prado ha explicado a los medios de comunicación que las reacciones alérgicas a los alimentos es una tendencia en crecimiento, dado que el año pasado se detectaron 96.000 nuevos casos en la región en consultas externas.
INSPECCIONES Y ALERTAS
En consecuencia, según ha apuntado la viceconsejera, se realizaron a lo largo de 2013 cerca de 10.000 inspecciones sin previo aviso y en el primer semestre de este año se han realizado 5.155 nuevas inspecciones.
El protocolo establece que la Consejería de Sanidad, cuando detecta algún alérgeno no especificado en el etiquetado, emite una alerta que paraliza la comercialización de ese producto y realiza inspección para determinar el origen de la sustancia y la responsabilidad, en su caso, de alguno de los participantes en el procesado y manipulación del alimento.
Así, en 2013 un tercio de las 58 alertas alimentarias que se decretaron en Madrid correspondían a sustancias no declaradas en el etiquetado. Aparte, se decomisaron más de cuatro toneladas de alimentos por etiquetado incorrecto, dado que ello constituye un "peligro potencial" a los consumidores alérgicos.
Junto a estas medidas, también se incoa un expediente sancionador a la empresa responsable del producto que puede derivar incluso en la suspensión de actividad. De hecho, en los primeros tres meses de 2014 se ha cursado propuesta de sanción a tres empresa por este motivo.
Sanidad recuerda que los principales alimentos que con más frecuencias pueden producir reacciones alérgicas graves son la leche, el huevo, el cacahuete, los frutos secos, las frutas de la familia rosáceas (albaricoque, cereza o ciruela, entre otros) y algunas verduras.
BRAZO TÉCNICO DE LA ADMINISTRACIÓN
Por su parte, el director general de Aenor ha agradecido la "confianza" depositada en la labor que realiza este laboratorio y ha recalcado que la función de la entidad es convertirse en un "brazo técnico" de la administración pública.
Mientras, Jauregui ha agradecido a AENOR y a la Consejería de Sanidad su "sensibilidad" ante las alergias alimentarias y ha remarcado que a nivel europeo 3,7 millones de personas tienen este tipo de reacciones.