MADRID 5 Jul. (EUROPA PRESS) -
La Comunidad de Madrid, a través del Consorcio Regional de Transportes, participa junto con Berlín, París y Milán en el proyecto europeo denominado Secur-ed (Secured Urban Transportation-European Demonstrarion), dirigido a la mejora de la seguridad en el transporte público ante cualquier contingencia, al que la Unión Europea ha destinado 42 millones de euros.
Una delegación de expertos que están trabajando en el proyecto de las cuatro ciudades participantes ha realizado una visita a Madrid, donde este jueves se ha reunido con el viceconsejero de Transportes e Infraestructuras, Borja Carabante.
En declaraciones a los medios al término del encuentro, Carabante ha declarado que "es un honor" participar en esta iniciativa, porque "va a traducirse en cosas prácticas". En este sentido, ha destacado que el proyecto no sólo consiste en la investigación teórica, sino también en la implementación práctica de nuevos sistemas.
La fase de implementación práctica se desarrollará en el último año del proyecto, que está previsto finalice en abril de 2014. No obstante, hay algunos sistemas que ya han empezado a utilizarse en algunas de las ciudades. En el caso de Madrid, ya se han empezado a incorporar nuevos sistemas de video vigilancia en los autobuses.
Según Carabante, todo esto "se enmarca en esa política de mejora sistemática del transporte público madrileño, siempre garantizando la seguridad, que es un criterio al que no estamos dispuestos a renunciar en ningún caso, a pesar de las destrucciones presupuestarias".
Cada una de las cuatro ciudades participantes desarrollará un aspecto del proyecto dirigido a la mejora de la seguridad en general en el transporte público. Madrid se centrará en la conexión entre los diferentes modos de transporte, como autobuses, Metro y Cercanías.
"Estos avances ayudarán con seguridad al sistema de transporte de Madrid a dar una respuesta más rápida cuando se produzcan amenazas, a disminuir las consecuencias de un incidente para el usuario de transporte público o a optimizar recursos mediante la coordinación, entre otras ventajas", ha indicado Carabante.
En cuanto al resto de las ciudades, la tarea de París se centrará en evaluar tecnologías que afectan a cuestiones como la seguridad frente a un ataque cibernético; Berlín, en la formación de equipos humanos, y Milán, en el desarrollo del análisis de imágenes.