Piden la detención de un hombre que mató a otro de un tiro en la Nochevieja de 2005 tras ratificar la sentencia

MADRID 6 Oct. (EUROPA PRESS) -

La Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) emitió hoy una orden de detención de Andrés Barrado Garrido, acusado de matar a Leonardo Florín Mirón de un tiro la pasada Nochevieja de 2005, después de que haya ratificado la sentencia condenatoria de la Sección Séptima de la Audiencia Provincial de Madrid.

El TSJM ha solicitado la orden de detención del acusado para que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado garanticen su presencia mañana en la comparecencia obligatoria que a las 12 horas celebrará este Alto Tribunal para decidir sobre su prisión preventiva.

Andrés Barrado Garrido fue considerado culpable por un jurado popular de la muerte de Leonardo Florín Mirón la madrugada del día 1 de enero de 2006, y condenado a diez años por la Audiencia Provincial de Madrid, en abril del pasado año, por un delito de homicidio consumado. Hasta la fecha, Barrado goza del privilegio de la libertad provisional a la espera de la firmeza de la sentencia.

El TSJM ha ratificado la sentencia después de desestimar un recurso de apelación interpuesto por Barrado contra la decisión de la Audiencia Provincial de Madrid, que le condenaba a diez años de prisión con inhabilitación absoluta durante el tiempo de la condena. Además, está obligado a pagar una indemnización a la madre del fallecido, María Mirón, de 70.000 euros.

El acusado interpuso el recurso de apelación tras considerar que se había vulnerado sus derechos durante el procedimiento de instrucción y en el juicio oral, se había creado un juicio paralelo por filtraciones a los medios, o que se ha había vulnerado su derecho a la presunción de inocencia "al no contener los elementos de convicción del veredicto de culpabilidad entidad suficiente".

LOS HECHOS

La noche del crimen, Leonardo Florín Mirón celebraba la Nochevieja con unos compatriotas en una casa situada en el número 8 de la plaza de la Rendición de Breda, en el madrileño Barrio de Pan Bendito. Alrededor de las 3.45 horas del día 1 de enero, el joven se asomó a la ventana para fumarse un cigarro. De repente, recibió un tiro en un dedo meñique y, segundos después, otro en el costado que le perforó el pulmón. A los pocos minutos, murió desangrado.

Los agentes del Grupo V de Homicidios de la Policía Nacional dieron con el presunto asesino tras un sondeo vecinal en el que averiguaron que un mes antes alguien había matado a un perro por sus ladridos en el portal de al lado de una forma similar. Así, la Policía pidió a la Guardia Civil que le informara sobre las personas con permiso de armas de ese bloque de pisos. De los vecinos, sólo dos tenían licencia, entre ellos Andrés B.G.

El acusado, cuyo padre es militar, tenía en su domicilio tres escopetas de diferentes calibres, una de ellas del 22. La Policía estudió la trayectoria de la bala que mató a la víctima y al perro, proviniendo del piso del acusado. Tras conseguir una orden de registro, los agentes inspeccionaron la vivienda del sospechoso, encontrando sólo dos de las tres escopetas. Ninguna de ellas era el arma homicida.

Tras su detención, el supuesto homicida aseguró que esa misma noche se había dejado la escopeta en el coche con la puerta abierta. Sostuvo que se la robaron. Pero decidió no denunciarlo. Se trata de la misma versión que ofreció ante la Audiencia madrileña.

Un jurado popular declaró culpable de los hechos a Andrés B. G., de 36 años, un aficionado a las armas que guardaba en su casa varias escopetas. En el juicio, el condenado negó ser el autor del disparo que acabó con la vida del joven, alegando que el arma del calibre 22 con el que se perpetró el delito no era la suya porque esa misma noche se la robaron de su coche.

La acusación particular como el fiscal solicitó en su momento su ingreso en la cárcel, pero la presidenta del tribunal ha denegado la solicitud por estimar que no había riesgo de fuga y hasta que hoy se ha resuelto el recurso interpuesto por su defensa.